martes, 21 de junio de 2011

Capitulo 4: Mareos...

Abrí los ojos un poco desorientada, no sabia en donde estaba, pero si sabia que ya no estaba en el salón. Intente hacer memoria hasta que una voz me hypnotizo

-Ya despertaste - Era ese tal Allen - Que alegría, estaba empezando a ponerme ansioso- Recordé que cuando había tomado su mano, había caído inconsciente
-¿Quien eres tu? - Dije seriamente
-Ya me había presentado, me ibas a decir tu nombre cuando caíste desmayada - Era imposible no perderse ante el tono de su voz así que tuve que poner mucho esfuerzo para mantenerme seria y poder averiguar quien era el.
- No me refiero a eso
-Tu sabes perfectamente quien soy - parece que sin tener que decirle mi punto, lo entendió - por cierto, lindo collar - Señalo el pequeño collar que traía alrededor de mi cuello
- Gracias - Le dije un poco confundida, parece que se dio cuenta de aquello y me dijo tranquilamente:
- No debes preocuparte, todo va a estar bien
- Entonces dime, ¿Quien rayos eres en realidad?
- Eso lo sabes tu mucho mejor que yo
No capte su punto
- A que te... - No pude terminar de hablar pues la enferme había entrado con aire distante.
- Que bueno que despertaste querida, ¿Te sientes mejor? - Dijo con una falsa preocupación
- Si, gracias, parece que ya podré ir a mi clase ¿Cierto?
-Si te sientes mejor si, pero si gustas te puedo justificar la falta para que te recuperes en tu casa- esa idea sonaba tan atractiva, pero no quería perder esta oportunidad, tenía que descubrir quien era ese misterioso chico, aunque como el había dicho, parece que yo ya sabia quien era.
-No señorita, muchas gracias -le dije con una amable sonrisa- me siento mucho mejor, mil gracias por atenderme.
-No me agradezcas a mi, agradecele a el- señalo a Allen - El fue el que te trajo hasta aquí en brazos- Eso em sorprendió bastante
-Gracias Allen- le dije con una sincera gratitud
-No hay de que- Dijo con un leve asentamiento de cabeza, se puso de pie y se acerco a mi - ¿Nos retiramos?
Estaba tan cerca, esta vez pude ver con mayor atención su ojos tan hermosos, eran de un tono sumamente extraño, pero eso los hacia mas extraordinarios, eran tono turquesa y pude alcanzar a ver un poco de verde alrededor de ellos, eran tan hipnotizantes.
- ¿Señorita Maldonado? - distrajo el flujo de mis pensamiento
-Ammm...- cerré los ojos intentando enfocarme en lo importante - Llamame Zoé por favor
-Claro, ¿Segura que te sientes bien Zoé? - Wow, creí que no era mi nombre cuando lo dijo
-Amm... Si, hay que volver a clase -Dije mientras me dirigía a la puerta y fue cuando perdí el equilibrio y sus brazos me sostuvieron
-Sabes que querida, retirate por hoy, Tu te vas caminando ¿Cierto? - Dijo la enfermera
-Si señorita, puedo bien a mi salón, no se preocupe
-Yo no diría eso Zoé - dijo Allen muy seguro de mi situación, lo mire con cara de aburrimiento -No me mires así
-Enserio, estoy bien- lo quise decir tantas veces para convencerlos pero mas que a ellos, a mi, ya que de un momento a otro me empece a sentir realmente mareada, sospechaba que era culpa de Allen.
-Allen, acompaña a la señorita a su casa por favor- abrí los ojos como platos al escuchar eso e intente moverme pero el todavía tenía su brazos alrededor de mi cintura. Esperaba que se negara, aunque no sabia porque, a pesar de estar mareada también estaba emocionada.
- Allen, no tienes porque molestarte- Se me quedo viendo a los ojos y después dijo:
-Claro Miss, seria un placer
-¿Eh?- me quede boquiabierta
-Ok, muchas gracias Allen, también justificare tu falta para que no tengas problemas
-Gracias miss- concluyo con mucha ternura

Me tomo con cuidado de la cintura para levantarme, hizo que apoyara mi brazo sobre sus hombros, aunque realmente no era necesario ya que saliendo de la enfermería me sentí mucho mejor, y otra vez era obra de Allen.

-¿Allen? - dije dubitativa
-¿si?
-Ya me siento mucho mejor, de aqui puedo ir sola, gracias
-Lamento negarme a tu petición, pero debemos de hablar.

Parecía que estaba leyendo mi mente.

No hay comentarios:

Publicar un comentario