domingo, 14 de agosto de 2011

Capitulo18: Despedidas...

Abrí los ojos de golpe.
Estaba sola en el suelo de aquel lugar tan claro y blanco, era todo lo contrario a esa visión.
Recordar todo lo que había visto provoco que unas lagrimas se desbordaran de mis ojos.
- Lo has visto ¿Cierto? - Era la inconfundible voz de Ruth a mis espaldas, me levante y me gire para verla. Sabia perfectamente a lo que se refería.
- S... Si.
-  Eso es lo que pasara si no encontramos pronto al destructor.

Hubo un largo silencio, yo estaba sumida en mis pensamientos mientras Ruth tenia los ojos cerrados y movía su boca sin producir algún sonido.
Dejo de hacer eso y se acerco a mi.
- Es hora de regresar con los chicos. - Me ayudo a levantarme, pero antes de llegar tenia que hacerle unas preguntas.
- Ruth...
- ¿Si?
- ¿Que fue lo que estabas haciendo hace unos momentos?
- ¿Con los labios?
- Si
- Era la ultima parte para terminar con la devolución de tus poderes, por cierto observa tu muñeca.

Al hacer eso vi que tenia cientos de símbolos muy, muy pequeños, en realidad eran apenas visibles pero había uno que se situaba justo en medio de todos y era el mas extraño pues era un símbolo de infinito (∞) 
- ¿Por que son tantos?
- Porque son todos los poderes que has recuperado.
- Y ¿Que significa este infinito?
- Que todavía tienes infinidad de poderes, ósea que puedes hacer absolutamente lo que quieras.
- Wow, es impresionante.
- Bastante ¿Cierto?
- ¿Y como los convoco o eso?
- Seguramente Allen te enseñara pero ¿Como lo haces normalmente?
- Hmm, no es nada especial, solo me concentro en el poder que quiero y lo digo en voz alta.
- ¿Podrías darme un ejemplo?
- Claro... Pero ¿Con que? 
- ¿Que sabes controlar?
- Pues sanacion, detener el tiempo, crear pequeños campos de protección y controlar dos elementos.
- Todo eso en tan pocos meses es impresionante, seguramente pronto podrás controlar todos tus poderes pero por ahora, muestrame que elementos sabes controlar.
- Solo son la tierra y crear fuego por mi misma.
- Muestrame eso del fuego.
- Es... Esta bien.

Cerré los ojos y respire hondo. 
Me concentre completamente en el fuego.
Todo lo que había en este momento en mi mente era fuego, su calor, la sensación que me producía al momento de crearlo, las llamas...
Eso es lo que me había dicho Allen que tenia que hacer.
Dije en voz baja "Fuego" y chasquee mis dedos.
Cuando abrí los ojos una pequeña flama flotaba encima de mi mano extendida.
- Impresionante técnica, la había visto una sola vez antes.
- ¿Ah si? ¿Con quien?
-  Con tu padre.
- Lo dijo con nostalgia y tristeza, parecía que le dolía mencionar a mi padre. Me dio a entender que la conversación había terminado y empezó a caminar.
Desvanecí la flama yaciente de mi palma y la seguí sin decir una sola palabra.
Me sorprendí al oír que la técnica tan sencilla que yo usaba también era de mi padre. Aparentemente me parecía mucho a el.
Ahora nada de eso me importaba, estaba realmente ansiosa por llegar con Allen y tomar su mano, ya no quería esperar mas, aparte estaba muy preocupada, yo se que no le pasaría nada pero me urgía llegar con el y saber que estaba bien. 
Mientras caminábamos observe con detenimiento cada símbolo en mi muñeca, pensé que seria difícil ocultarlo y mas a mi mama ya que, no sabia como, ella podía saber si escondía algo. Era una tontería pensar en eso pero era lo único que quería que abarcara mi mente, ya no quería llorar mas.
Después de una larga caminata, creo que incluso mas que la primera, llegamos con Allen y los hermanos de Ruth los cuales todavía tenían la espada y el arco con las flechas.
Me acerque corriendo a Allen y el hizo lo mismo, me abrazo muy fuerte y yo me aferre a el. Nos separamos después de un corto lapso pero nos tomamos de las manos.
- Ahora... - Sorpresivamente hablo Ricardo antes que Ruth. - Ya que Zoé tiene todos sus poderes tu Allen tienes que enseñarle a usarlos los mas pronto posible.
- Pero mientras logras esto les daremos estas dos armas para protegerse.
- Dijo Eder dandome a mi el arco con las flechas. - Esto te ayudara a defenderte de futuros ataques, ya que seguramente el destructor aprovechara tu vulnerabilidad pero con esto no lograra hacerte daño.
- Y tu Allen toma esta espada, se que no te hará falta, pero no siempre podrás depender de tu fuerza y tus poderes, así que usala cada vez que te encuentres en un ataque cuerpo a cuerpo o en este caso, arma a arma.
- Dijo Ricardo mientras Allen tomaba la espada.
- No deben preocuparse por el tamaño ya que tu Zoé tendrás esto - Ruth me mostró una pequeña pulsera en forma de cadena y la puso en mi muñeca derecha. - Con dos de tus poderes puedes encoger y agrandar cosas así que si encoges estas armas podrás colgarlas en este brazalete y las traerás siempre contigo, por ahora yo lo haré ya que tu no sabes como pero Allen tendrás que mostrarle y pronto
- Entendido.
- Respondió el mientras Ruth encogió las dos armas y las colgó al brazalete, fue bastante rápido y aparentemente, bastante fácil.
- También tendrás que enseñarle a usar un arco y flecha. - Dijo Ricardo 
- hmmm... Por eso no hay problema.
- ¿A que te refieres Zoé? -
Ahora el que hablo fue Eder.
- Hace mucho cuando fui a un campamento me enseñaron a usarlos, incluso fui una de las mejores en aquel entonces, así que no hay problema
- Es bueno oír eso. -
Me dijo Allen mientras me sonreía como normalmente lo hacia, eso me tranquilizaba bastante.
- Sin embargo Zoé eso paso hace mucho ¿podrías darme una muestra de tu puntería? - Me pidió Ruth, parecía que ella dudaba de mi y eso era algo que me molestaba, si no supiera como hacerlo no hubiera dicho nada, pero para demostrarle que no debía dudar de mi hice lo que me pidió.
- Si claro, ¿Hacia que blanco?
- Hacia ese... -
Me dijo ella mientras apuntaba hacia un blanco que recién ella había dibujado , era parecido al circulo con símbolos que hizo cuando me devolvió mis poderes solo que este no tenia símbolos, cuando termino de dibujarlo agrando el arco junto con las flechas y los hizo flotar hacia mi.
No había visto lo hermosas que eran las flechas, estaban muy adornadas, tenían cinco pequeñas joyas cerca de donde estaba la punta, El astil* era de un color dorado muy brillante, que a mi simple vista parecía ser oro verdadero, las plumas eran de un color turquesa que al moverlas cambiaban a un  color azul marino muy obscuro. Eran preciosas, se me hacia un desperdicio usar flechas  así en un combate en el que probablemente se perderían.
Acomode el arco y la flecha en la posición que me habían enseñado en ese campamento, jale la cuerda junto con el culatin** de la flecha lo mas que pude sin romper la cuerda. Me concentre y puse mi mira en el blanco, respire hondo y solté la cuerda.
La flecha se disparo dándole justo en el medio del blanco que Ruth había dibujado, todos estaban sorprendidos excepto Allen y... Ruth. La oí susurrar "Perfecto" y cuando voltee a verla tenia una gran sonrisa en su rostro, parece que sabia que eso iba a pasar.
Sin decir nada mas Ruth encogió el arco y lo colgó en el brazalete que me dio.
- Zoé, estas flechas fueron creada por las cinco familias protectoras, por eso debajo de la punta hay cinco joyas, cada una representa a una familia.
- ¿Para que las crearon?
- No sabría decirte, ya que los creadores, o los primeros jefes de casa familia murieron hace miles de años sin decir el motivo, pero parece que era por precaución por si algo así pasaba.
- ¿Y cuando las flechas se acaben?
- Tendrás que aprender a crear tus propias flechas.
- ¿Como?
- Allen te enseñara a su tiempo.
- Y si... -
Ruth me interrumpió antes de que pudiera terminar de hablar
- Es hora de que se marchen.
- Pero... -
Me empece a preocupar, todavía tenia muchas dudas, aun no me quería ir.
Parece que Ricardo vio mi preocupación, se acerco a mi y me abrazo.
- Pequeña, no tienes que preocuparte por tanto ahora mismo, enfocate en aprender lo necesario pero disfrutalo, se que será difícil pero tienes a alguien que jamás te dejara cargar con tantos problemas sola, te puedo asegurar que el siempre estara contigo y no solo porque sea tu guardian, si no porque el te ama, así que no te preocupes mi niña, ve y pateale el trasero a unos cuantos. - Dijo Ricardo en un tono muy bajo dejando salir una pequeña carcajada a la cual yo le seguí, me soltó de su abrazo pero antes me beso la mejilla. Su beso no era como el de Allen, era mas como un beso que te da mama o papa antes de ir a dormir, o algo así.
Yo sabia que lo que el decía era cierto pero yo no quería crearle tanta carga a Allen, no me gustaba la idea, así que si quería evitar eso tenia que controlar mi magia lo mas pronto posible, por nuestro bien y por el de los pocos seres mágicos y guardianes que quedaban en el mundo.
Allen interrumpió el hilo de mis pensamientos tomandome de la mano, voltee a verlo y el hizo lo mismo, siempre que pasaba eso nos perdíamos de todo, podíamos estar viendonos a los ojos por horas y no era aburrido, para mi, nuestras miradas decían mas que las palabras. 
Eder raspo su garganta y gracias a eso me acorde que estábamos en el mundo mágico. Sin muchas ganas moví mi cabeza para soltarme de aquella mirada tan hipnotizante. 
- Es hora de que regresen a casa. - Dijo Eder con un tono distinto al que había usado hasta ahora, parecía que le pesaba decir eso.
- Eder ¿Que pasa? - Como me había dado cuenta de aquel tono no podía quedarme con la duda de si era cierta o no mi predicción.
- No te preocupes Zoé, Eder siempre anda de sentimental.
- Eres un tarado Ricardo. -
Dijo malhumorado Eder mientras le lanzaba una mirada de odio a Ricardo, el se acerco a Eder y paso su brazo encima de su hombro, era un abrazo muy fraternal, verlo me causo mucha ternura.
- Corrigo: siempre andamos de sentimentales. - Dijo Ricardo mientras dibujaba una lagrima con el dedo en su mejilla
- Parecen nenas - Dijo Ruth mientras le sonreía a sus hermanos y se acercaba a ellos, Eder estiro su brazo libre y la tomo dulcemente del hombro para abrazarla. Parecían muy unidos y se querían mucho, me dio un poco de sentimiento pues yo siempre quise saber como seria tener un hermano o hermana ya que yo era hija única.
Eder, Ricardo y Ruth no dijeron nada mas, se marcharon entre risas despidiendose con un movimiento de la mano. No se me hizo raro eso ya que estaban muy absortos en su pequeña discusión sobre sentimentalismo.
- ¿Zoé?
- ¿Sip?
- ¿Nos vamos?
- ¿A donde?
- A donde mas, pues a casa pequeña.
- Ah si, y ¿Como volvemos?
- Sorpresa, cierra los ojos.
- A ¿Que te refieres con sorpresa?
- Preguntas demasiado.
- Y tu no respondes mucho.
- Buen punto.
- ¿Entonces?
- No te diré ya que lo aprenderás, ahora cierra los ojos.
- ¿No es mas fácil si me enseñas de una vez?
- Todo a su tiempo.
- Hmmm ¿Cuando lo aprenderé?
- Cuando tengas que aprenderlo.
- Dime por favor.
- Por favor.
- Que bobo.
- Cierra los ojos.
- ¿Para que?
- Solo cierralos.
- Pero ¿Para que?
- Hazlo.
- Ok mi general. -
Le dije con tono bromista mientras hacia un ademan de soldado obedeciendo al superior.
Cerré los ojos y no pasaron ni cinco segundos cuando Allen me hablo.
- Abrelos. - Cuando los abrí ya estábamos en la escuela. Alondra y Cristina apenas se estaban saliendo por la reja de la escuela, todo estaba igual que cuando nos fuimos, parece que era como el "Salón de clases" de Allen, no afectaba el tiempo de los humanos.
- Ahora a pretender que somos normales. - Le dije a Allen, el tono de mi voz fue un tono agobiado pues el se dio cuenta.
- ¿Estas bien?
- Si, solo que un poco cansada.
- Es normal ya que recuperaste todos tus poderes.
- ¿Es cierto que tengo infinidad de poderes?
- Sip, cualquier cosas que te imagines la podrás hacer.
- ¿Como volar y cosas así?
- Sip, incluso podrás mover objetos.
- ¿Cuando aprenderé todo eso?
- Después de que controles los cuatro elementos te enseñare a pelear cuerpo a cuerpo.
- ¿Con artes marciales y eso?
- Sip.
- Y ¿Por que primero eso y no lo de crear o encoger y eso?
- Porque es mas importante que primero aprendas a defenderte y atacar que eso.
- Ya veo.

Nos quedamos en silencio un buen rato mientras caminábamos hacia la salida de la escuela.
Cuando íbamos saliendo vimos a todos los de nuestro salón, algunos platicando y otros fumando, no era raro ver eso. Yo no era muy sociable con ellos, con los únicos con los que me llevaba mejor era con Alondra, Cristina y por supuesto Allen. De vez en cuando tenia una pequeña platica con alguna otra chava del salón, en cambio Allen se llevaba bien con todos. Dos chicos del salón que eran sus amigos se acercaron para despedirse. Parecía que iba a tardar así que me solté de su mano, al hacerlo el se volteo de inmediato un poco asustado, le sonreí para que no se preocupara y me fui a sentar a un pequeño espacio que tenia pasto a esperarlo. No estaba tan lejos así que oí su pequeña conversación.
- Parece que se enojo. - Dijo uno de sus amigos, creo que por el tono de su voz era un chico llamado Javier. 
- Mejor ve, no valla a ser que se moleste. - Dijo el otro chico, era Luis. Javier y Luis parecían hermanos ya que eran muy unidos.
- No, no esta enojada.
- Entonces ¿Por que te sorprendiste tanto cuando te soltó?
- Le pregunto Javier con la curiosidad pintada en el rostro.
- Amm... No... No lo se. - Dijo Allen un poco nervioso mientras con su mano se rascaba la nuca. Me causaba ternura verlo así, tan nervioso.
- Si lo sabes, ya dinos. - Le dijo Luis, o era yo o todo mundo hoy tenía un patrón para hablar ya que en esta vez, primero hablaba Javier y después Luis, me resultaba extraño eso pero ya empezaba a acostumbrarme.
- Lo que pasa es que...
- Es que... ¿Que? 
- Pues me resulta difícil tenerla lejos de mi, no me gusta la idea de estar separados.
- Aww que romántico.
- Dijeron Javier y Luis al mismo tiempo mientras le pellizcaban las mejillas a Allen. Oír lo que dijo Allen provoco que una gran sonrisa se dibujara en mi rostro.
- Hey, Allen, mira. - Le dijo Javier mientras señalaba a mi dirección.
- ¿Que pa... - Allen no pudo terminar de hablar cuando volteo, parece que algo lo había dejado mudo. Sentía su mirada en mi pero yo no podía dejar de sonreír por las palabras que el había dicho.
Escuche a Javier y a Luis susurrar entre si "Esta muy enamorado" pero Allen los escucho y les respondió sin voltear a verlos "Mas que eso, nos vemos luego". Alce mi mirada y vi como el se despedía de ellos con un ademan de la mano mientras se acercaba a mi.
Se sentó enfrente de mi y me miro fijamente a los ojos, yo por mas que quisiera no podía dejar de sonreír.
- Hola bonita.
- Hola bonito, ¿Que pasa?
- No tiene que pasar algo ¿O si?
- Supongo que no.
- Tome una de sus manos y me puse a jugar con ella haciendo trazos por la palma hasta la muñeca. El me seguía viendo fijamente.
- ¿Por que me ves tanto Allen?
- Porque me gusta mucho verte sonreír. 
- Pero no es raro en mi.
- Pero me gusta mucho esta sonrisa, la que haces cuando estas conmigo, es una tan autentica, tan natural... Tan mía.
- ¿Como es eso? 
- Si, mira cuando estas con los demás sonríes de una forma tan automática y tan acostumbrada, pero cuando estas conmigo es diferente, porque es autentica, porque la provoco yo y no te fuerzas a hacerla, si no que sale natural, por eso me fascina. -
Me dijo mientras con su mano libre acariciaba mi rostro y con su dedo pulgar siguió la curva que hacían mis labios al sonreír, recarge mi rostro en la palma de su mano y nos quedamos así por un buen rato. Nos olvidamos de que los del salón estaban a pocos metros de nosotros y oímos un audible "Aww" de su parte y eso provoco que me sintiera apenada y separe mi mirada de Allen para situarla en donde mi mano estaba jugando con la suya, el nunca soltó mi rostro ni aparto su mirada. De repente sonó mi celular, era un mensaje. Con mi mano libre intente buscarlo entre mis cosas pero era torpe y no lograba encontrarlo así que Allen me ayudo soltando mi rostro para sacarlo de mi mochila, darmelo y volver a tomar mi mejilla con su mano, los del salón vieron eso y se escucho otro enorme "Aww"
- Que inmaduros - Dije mientras veía de quien era el mensaje.
- ¿Quieres que nos vayamos? 
- ¡Rayos! 
- ¿Que pasa?
- Olvide por completo lo de mañana. -
El mensaje era de mi mama recordandome que invitara a Allen a comer y  pasar un rato mañana en la casa y que no llegara muy tarde hoy.
- ¿Lo olvidaste? - Dijo Allen sin ninguna sorpresa.
- ¿Tu no?
- Como podría olvidar algo tan importante como que conoceré a mi suegra mañana.
- Se nota que estas emocionado.
- Un poco.
- ¿Nos vamos?
- Claro, ¿Te acompaño a tu casa?
- Hmm... Ya tengo permiso para llegar como a las seis hoy.
- ¿Enserio? - Allen parecia mas emocionado por el hecho de que pasaríamos mas tiempo juntos que por que mañana conocería oficialmente a mi mama.
- Si, parece que mama se tomo muy bien que yo este saliendo con alguien.
- Eso es genial, entonces ¿Que quieres hacer? 
- ¿Que tal si vamos a comer algo? Muero de hambre.
- ¿Que se te antoja?
- Hmm... No se, ¿Te parece si vamos a la plaza que esta aquí cerca? Ahí hay muchos lugares donde podríamos comer. 
- Y después ¿Te gustaría ir al cine?
- Hmm... No, tengo un mejor lugar que te quiero enseñar.
- Oh, ¿En donde?
- Es sorpresa.
- Dime por favor.
- Por favor. -
Imite su comentario soltando una pequeña risa a la cual el le siguió. Era divertido estar con el, si por mi fuera, yo pasaría todo el día a su lado.
Dejamos de hablar y empezamos a caminar para ir a la plaza, no estaba muy lejos así que nos podíamos ir a pie. 
Allen se detuvo antes de entrar a la plaza y se puso frente a mi, se quedo viendome fijamente a los ojos. Su mirada era tan hipnotizante que me resultaba imposible soltarme de ella. Yo sabia lo que significaba esa mirada, lo sabia perfectamente, También sabia que aunque yo quisiera  no lo podría detener pues estaba completamente decidido a hacer lo que tenia en mente. 
Acerco su mano a mi mejilla y la acaricio dulcemente, dio un paso hacia mi quedando nuestros rostros a pocos centímetros de distancia, lentamente ambos fuimos acortando esos centímetros a milímetros hasta que lo inevitable sucedió, nuestros labios chocaron entre si formando un beso, puse mis brazos en sus hombros intentado acortar mas la distancia que ya no existía entre nosotros, el envolvió mi cintura con sus brazos y así estuvimos por un largo rato.
Allen se separo por unos segundos para verme a los ojos y susurrar "Te amo", no pude responde pues de inmediato mis labios volvieron a estar ocupados.





*Astil se refiere al cuerpo de la flecha
**Culatin se refiere a la parte final de la flecha que se incrusta en la cuerda para que esta no se salga al momento de tomar impulso con el arco.

lunes, 1 de agosto de 2011

Capitulo17: Visiones...

Después de que Ruth, Ricardo y Eder me dijeron todo lo que tenia que saber, o eso creí yo, los tres se fueron diciendo que regresarían pronto y que los esperáramos por unos minutos.
Ruth me explico que el dolor en mi muñeca fue causado por el mago que me llamo ya que lanzo una clase de ataque para matarme en ese instante pero Allen se dio cuenta y por eso nos saco de la escuela. No sabia en donde estábamos todavía, ni los tres guardianes ni Allen me habían dicho. Era un lugar extraño, era completamente blanco y solo tenia una banca del mismo color en la cual nosotros estábamos sentados tomados de la mano, el lugar era muy parecido a uno de los sueños que tuve al inicio.
- Allen, ¿En donde estamos?
- Estamos en lo que queda del mundo mágico.
- ¿A que te refieres con "lo que que queda"?
- Al no tener a las familias principales para protegernos, el asesino de tu padre destruyo la mayoría de este mundo.
- ¿Que paso con todos los magos y guardianes del mundo mágico?
- Casi todos fueron aniquilados ya que no querían obedecer al destructor.
- ¿Destructor?
- Así lo llamamos pues después de todo lo que ha causado todavía no sabemos quien es.
- ¿Y los sobrevivientes del ataque?
- Se han disfrazado para vivir entre los humanos.
- ¿Por que Ruth, Ricardo y Eder no me lo dijeron?
- No querían presionarte ni crear mas cargas en ti.
- Y ¿Por que me lo dices tu?
- Porque yo te conozco mejor que ellos y supe como ibas a reaccionar. -
En realidad si me conocía, que me dijera eso no presiono en absoluto, yo sabia que tenia algo que hacer y claro que lo iba a cumplir. Pero ahora ese debe iba a ser mucho mayor ya que también tenia que proteger a los humanos.
- Entonces, mi deber incrementa ya que el destructor los esta involucrando.
- Exacto y tenemos que hacerlo pronto o si no se enteraran de nuestra existencia.
- Si se llegan a enterar ¿Que pasaría?
- Al principio algunos se sorprenderían pero lo aceptarían, pero muchos otros lo divulgarían haciendo que esto fuera un escándalo mundial y atrayendo a otros gobiernos de varios a cazarnos.
- ¿Como que cazarnos?
- Si, nos empezarían a rastrear a todos los magos y guardianes para capturarnos.
- ¿Por que?
- Por la búsqueda del poder y la ambición, pero por eso tenemos que encontrar al destructor antes de que revele todo acerca de nosotros.
- ¿Como lo sabes con tanta exactitud?
- Ruth lo ha visto y me ha dicho.
- ¿A que te refieres con que lo ha visto?
- A que ella ha visto que pasaría si los humanos se enteraran.
- ¿Enserio?
- Si, cada uno de ellos tiene un diferente poder que ningún guardián posee, por eso son los superiores. Ruth ve el futuro, Ricardo puede borrar memorias o recuerdos y Eder puede manipular a los demás a su antojo, juntos son invencibles, pero aparte de eso son los guardianes mas antiguos que hay por no decir viejos, llevan cuatro siglos y medio vivos.
- Era impresionante lo grande que eran y la edad que aparentaban que no era ni un cuarto a la que en realidad tenían.
Tenia miles de dudas mas, era como un dejavu de la primera vez que hable con Allen de magia, solo que en diferente lugar.
Tenia que saber lo mas que pudiera para poder estar completamente preparada para cualquier cosa que pasara.
- Si son tan poderosos, ¿Por que no han detenido al destructor?
- Por que son, como yo, simples guardianes, no importa si son superiores, necesitan de un maho no hito, es la ley de vida de los guardianes: nosotros siempre dependeremos de un mago.
- ¿En donde están sus magos?
- Nunca tuvieron.
- No entiendo.
- Hmm, lo ponde fácil; ellos son superiores por sus poderes, ellos no están para pelear ni para proteger, solo están para asignar a los demás guardianes, aunque es diferente contigo ya que ellos te advirtieron que algo en tu vida cambiaría y te regalaron un poco de su energía con ese collar, pero eso fue por dos cosas; la primera por que eras la ultima de los protectores, y la segunda por que no estabas enterada de lo que eras y si no sabias serias un blanco fácil para el destructor.
- Y... ¿Me asignaron contigo por casualidad o ya lo tenían planeado?
- Ya lo tenían planeado.
- ¿Por que?
- Es larga la explicación.
- Tenemos tiempo Allen, ahora eso es lo que menos importa.
- Esta bien. Ellos sabían de tu existencia desde que estuviste en el vientre de tu madre. De hecho ellos conocían a tu padre y este fue quien les pidió que no te involucraran en todo esto pero para mantenerte protegida, el me creo desde antes de tu nacimiento.
- ¿Como que te creo?
- Si, todos los guardianes somos creaciones, no tenemos ni madre ni padre, nuestra única razón de existencia son nuestros magos. Solo que yo fui diferente ya que los superiores no me crearon si no que tu padre lo hizo, por eso soy mas humano que los demás, por eso yo me enamore de ti, por que yo, aparte de los superiores, tenia un corazon genuino, un corazon en el cual nadie me decía que podía o no sentir, en pocas palabras era independiente.
- ¿Los demás guardianes no son como tu?
- No, son como robots ya que solo están para proteger guiados por su instinto.
- En cambio tu te guías...
- Por el corazon.

No sabia porque mi corazón empezó a latir muy rápido, pero ahora no me podía detener para saberlo, tenia que preguntarle a Allen lo mas que pudiera antes de que los superiores llegaran.
Ahora tenia que preguntarle acerca del dichoso destructor.
- Sobre el destructor...
- Dime
- ¿Es el que me ha estado persiguiendo y al que tu intentabas rastrear antes de conocernos personalmente?
- Exactamente
- ¿Tiene algún otro plan?
- Son suposiciones las que tengo
- ¿Cuales son?
- La primera es que cuando te destruya, lo cual no pasara, se intentara apoderar del mundo humano. La segunda es que solo quiere acabar con el legado de las familias protectoras.
- ¿Hay una tercera suposición?
- No, como dije son puras suposiciones, pero de lo que si puedo estar seguro es que intentara por sobre todas las cosas...
- Matarme... -
Se me hizo un nudo en la garganta al pronunciar esa palabra
Allen subió sus pies a la banca de manera que pudo recargar su brazo libre sobre sus rodillas y escondió su rostro ahi, nunca soltó mi mano, al contrario la apretó mas fuerte, el estaba temblando.
- Yo nunca... permitiré que te pase algo. - Le tembló la voz. Parece que tenia un ataque de nervios.
Con mi mano libre tome su rostro. Lo primero que vi fueron unas lagrimas que se desbordaban de sus ojos.
Nunca lo había visto así.
Nunca había visto a alguien así... por mi.
Mis ojos se empezaron a llenar de lagrimas por verlo así.
Me dolía.
Nunca imagine que algo así pasaría.
No quiero que algo así vuelva a suceder.
Instintivamente me solté de la mano de Allen y lo abrace por el cuello acercandolo a mi y deshaciendo la forma en que estaba sentado, hundí mi rostro en su hombro.
- No llores... Por favor. - Le susurre.
- Es inevitable. - Dijo con la voz temblorosa mientras me abrazaba también.
- ¿Por qué?
- Porque Ruth también ha visto como el te captura y... -
Me apretó mas contra el. Sin la necesidad de que lo dijera yo sabia a que se refería.
- No va a suceder Allen.
- No lo sabes.
- Si lo se.
- ¿Como puedes saberlo?
- Por dos cosas.
- ¿Eh?
- La primera es por que te tengo... -
Se acomodo para verme a los ojos sin soltarme.
- ¿Por qué desde el principio haz confiado tan ciegamente en mi?
- Hmm... La verdad es que no lo se, solo lo hago, es raro ¿Verdad? Claro no es que yo sea una persona normal y... -
El me interrumpió con la mirada con la que me veía, había cambiado por completo, ya no era triste y eso me tranquilizo mucho. Me volvió a apretar contra el y recargo su barbilla en mi hombro.
No quería verlo así otra vez, así que tenia que volverme mas fuerte cuando obtuviera mis poderes completos.
- ¿Sabes Allen?
- ¿Que?
- Estuve pensando mucho en meterme a clases de karate o algo así.
- ¿Por que?
- Porque soy vulnerable en algún ataque cuerpo a cuerpo, como paso con Mauricio, así que tengo que hacer algo para no serlo.
- Tienes razón, buscaremos algún lugar y yo te enseñare. -
Ahora lo moví yo para verlo a los ojos.
- ¿Tu sabes karate?
- No exactamente karate pero si se luchar cuerpo a cuerpo.
- ¿Como aprendiste?
- Hmm... Creo que siempre he sabido, parece que tu padre me hizo así.
- Hablando de eso...
- ¿Que?
- Hmm... Tu y yo, ¿No seriamos como hermanos?
- No, porque el me creo con magia y a ti pues...
- Ya entendí. -
Dije mientras callaba con un dedo sus labios y le sonreía, el me regreso la sonrisa y me volvió a abrazar.
Ya no tenia mas dudas por el momento, solo quería seguir abrazando a Allen y estar junto a el.

Paso mucho tiempo hasta que regresaron los superiores.
Cada uno traía un objeto en sus manos.
Ruth traía el collar de mi padre.
Ricardo traía una espada.
Y Eder traía un arco y unas flechas.
Cuando llegaron Allen y yo nos dejamos de abrazar pero nos tomamos de las manos.
- Disculpen la tardanza, tenemos que apurarnos a devolver tus poderes Zoé, ven conmigo. - Me dijo Ruth mientras estiraba su mano hacia mi, yo la tome y ella me jalo para llevarme a otro lugar, Allen nos siguió pero Ruth lo detuvo. - Allen, tu no puedes venir, tienes que quedarte con Ricardo y Eder ya que te tienen que decir algo, yo la cuidare, no tienes de que preocuparte. - El no dijo ni una sola palabra, solo asintió.
Caminamos bastante pues ya no estábamos a la vista de los demás.
- Zoé, ponte este collar - El de mi padre - de manera que ambos queden uno al lado del otro.
Hice lo que me pidió mientras veía como Ruth se alejo de mi unos cinco pasos y volteo a verme, empezó a dibujar algo en el aire con su dedos. Cuando termino cerro los ojos y empezó a decir algo extraño. Cuando dejo de hablar un circulo como el que Allen hizo hace mucho para recuperar mis poderes apareció frente a ella, era mas pequeño.
Ruth movió sus manos en mi dirección y el circulo se situó debajo de mis pies haciéndose mas grande.
- Zoé, debes de cerrar los ojos, respirar hondo y estar calmada.
- Ok
- Y... Pase lo que pase no grites, debes de mantenerte calmada en todo el proceso o si no, probablemente fallara.
- Es... Esta bien.
- Vale, ahora cierra los ojos y haz lo que te acabo de decir.

Hice todo lo que me dijo.
Ruth empezó a decir cosas raras de nuevo.
Todo estaba calmado.
Hasta que pude sentir que una luz me rodeaba.
Quería abrir los ojos pero algo me lo impidió. Estuve a punto de entrar en desesperación pero recordé que me tenia que mantener calmada.
Volví a respirar hondo y una imagen invadió mi mente.
Era una ciudad totalmente destruida. Pude ver a una persona de espaldas a mi, era un hombre vestido de banco temblando, podía oírlo llorar.
Me acerque mas y mas a el hasta que quede justo detrás, solo unos centímetros nos distanciaban
-  ¿Te encuentras bien? - Dije estirando mi mano hacia su hombro pero tuve un mal presentimiento y la regrese a su lugar.
El no hablo, solo movió su cabeza dandome a entender que no estaba bien, camine lentamente para intentar ver su rostro, cuando me situe enfrente de el vi que sostenía algo en sus brazos.
- Hey, ¿que tienes ahi? - Levanto su rostro.
Me tire al suelo y empece a llorar.
La persona que estaba enfrente de mi era Allen sosteniendo mi cuerpo sin vida, el estaba llorando mi muerte.
¿Acaso esto fue lo que vio Ruth?
¿Esto es lo que pasaría si no detenía al destructor?
De repente empezó a temblar.
Todo empezó a caer.
Los restos  de la ciudad se derrumbaron aun mas.
Y Allen con mi cuerpo en sus brazos se desvaneció como su fuera polvo.
Fue igual con absolutamente todo lo que me rodeaba hasta que quede sola en un lugar completamente obscuro.
Corrí creyendo que llegaría a algún lugar pero parecía que mis piernas no se movían.
Me detuve y quise gritar ingenuamente pero ya no podía abrir mi boca, era como si estuviera pegada.
Me tire al suelo y me cubrí los ojos deseando que todo esto acabara pero no cesaba.
Empece a sentir algo extraño en mi interior, no sabia que sensación era pero no era para nada agradable.
Mi muñeca izquierda me estaba doliendo mucho, era un dolor familiar, la levante y pude ver como mas símbolos aparecían, parecía que cada símbolo era dibujado con la navaja de Mauricio. Ardía incluso mas que esa vez.
Quería poder despegar mis labios y gritar pero lo único que podía hacer era llorar.
Termino el dolor después de que una delgada línea llena de símbolos rodeo por completo mi muñeca, parecía una pulsera muy delgada.
Entonces esa obscuridad se derrumbo llevandome con ella.