martes, 11 de octubre de 2011

Capitulo 21: Escalofrios.

Sentir sus labios contra los míos en perfecta sincronía era lo que permitía que me perdiera de todo lo que sucedía a nuestro alrededor, de cierto modo, era una adicción.
Sonó mi celular pero quise ignorarlo hasta que reconocí que el tono era de mi mama, sin dejar de besarlo tome el celular, puse mis dedos sobre los labios de Allen y lo aleje un poco. Conteste poniendo la llamada en altavoz.
- ¿Nena? 
- Sip, estas en altavoz mama. 
- Oh, perfecto, tus tíos me acaban de invitar a su casa, ¿Quieren ir? - Allen y yo, sin decir palabra, nos quedamos viendo fijamente a los ojos, era como algunas veces nos entediamos.
- Si mama ¿Tu... - Allen me interrumpió.
- ¿Donde nos encontramos Silvia? 
- Hmm, ¿Como llegaran? 
- No te preocupes, yo me encargo. 
- Oh, Ok, entonces nena tu sabes como llegar. 
- Vale mama, nos vemos allá. 
- Cuidense. 
- Nos vemos. - Colgué rápidamente. Vi a Allen confundida.
- Me encanta cuando estas confundida. - Dijo Allen plantando un corto beso en mis labios.
- Vamos, ve por tus cosas, te espero afuera. 
- Pero... 
- Confía en mi. - Sin decir nada mas, el se puso de pie y me ayudo a mi. Subí corriendo a mi cuarto para escoger un bolso, fue fácil pues tenía uno rojo que no era tan grande, después pase rápidamente al baño y retoque mi delineador junto con mi rímel, me lave rápidamente los dientes, baje y me dirigí al comedor donde estaban mis llaves, mi cartera, mi celular y otras cosas, las arroje al bolso y cerré la casa. 
Allen, efectivamente me estaba esperando afuera de la casa recargado contra la puerta del copiloto de un automóvil color blanco muy llamativo, lo había visto de reojo en la mañana, creí que era de algún vecino.
Cuando me vio se alejo del coche y se acerco a mi, me ofreció su mano derecha, yo la tome, me rodeo la cintura con su brazo libre y me guió dulcemente hacia el auto. Iba a abrir la puerta pero el se adelanto e hizo lo mismo al cerrarla. Llego rápidamente al lugar del piloto, entro, encendió el coche y con un grácil movimiento del volante logro que saliera sin problemas del lugar donde estaba estacionada.
El coche era muy elegante pero muy moderno, podía predecir que era ultimo modelo, pero que sabia yo. No sabia como preguntarle a Allen sobre este coche, aunque lo mas probable es que los superiores se lo dieron.
- ¿Hacia donde voy pequeña?
- ¿Eh?... Ah si, en el siguiente cruce a la izquierda. 
- Ok.
- All... - Sentí un escalofrió recorrer todo mi cuerpo y seguido a eso pude escuchar un susurro que decía:

"Tu vida es como una historia, una historia escrita por mi en la cual yo cambio el curso de todo si es que así lo deseo"

Sin decir mas me quede callada y respondí en mi mente a aquel escalofriante susurro:
"Yo soy la que escribirá aquel destino desafiando a tus absurdas leyes. "
Creyendo que no me respondería, lo hizo:
"Por eso las leyes están para romperse..."

sábado, 17 de septiembre de 2011

Capitulo 20: Explicaciones...

Al día siguiente me desperté sin ánimos.
Me frote los ojos y al hacer eso vi las dos armas que colagaban del brazalete que Ruth, Ricardo y Eder nos dieron.
Tenía que aprender a hacerlos grandes, defenderme cuerpo a cuerpo, y Allen me tenía que enseñar a utilizar mis poderes... Allen.
Sacudí mi cabeza para ver si así podía olvidarme de mis problemas por hoy para mostrarle una sonrisa a mi mama y que no sospechara nada.
Me levante y me empece a arreglar pues hoy el iría a conocer a mi mama y a comer.
Me puse unos pantalones de mezclilla, una blusa roja y un suéter de líneas blancas y rojas junto con unos flats rojos que me había comprado hace mucho mi mama, me peine con una trenza al costado y una diadema que le daba a mi flequillo un efecto abombado que me encantaba.
Baje a la cocina pero mi mama ya estaba ahí.
- Oh que sorpresa, creí que ya ibas a invernar. - Dijo mi mama con una dulce sonrisa, no me percate de la hora hasta que me dijo eso, ya iba a ser medio día, estaba muy cansada la noche anterior, así que creo que fue por eso que me levante tan tarde.
- No mama, eso me es imposible ahora, todavía no es invierno. - Le respondí y ambas nos reímos. - ¿En que te ayudo?
- Me gustaría que prepararas el espagueti que te queda tan rico.
- ¿El rojo? 
- Si, pero antes desayuna algo ligero para que al rato comas bien.
- Vale -
Me serví un plato de cereal. Cuando termine puse a cocer el espagueti y mientras estaba lave lo que estaba sucio. Mi mama subió a ver la tele en lo que el llegaba.
Justo cuando el espagueti quedo sazonado y listo sonó el timbre. Me asome por la ventana y pude ver a Allen ahí esperando a que le abrieran. Hoy estaba vestido con una playera blanca, una sudadera roja pegada al cuerpo que hacia que se notara mas la forma de su cuerpo, unos pantalones de mezclilla y unos tenias rojos, parecía que habíamos combinado ese día, pero obviamente el se veía mejor que yo.
- Mama ya llego Allen.
- Enseguida bajo, vele abriendo. -
Salí con las llaves para abrirle. El no dijo nada, su rostro se veía triste.
- ¿Estas bien? - Le pregunte inconscientemente mientras abría la reja. Lo primero que hizo al verme fue abrazarme y disculparse cientos de veces, parecía que estaba realmente arrepentido.
- ¿Por que te fuiste? - Yo todavía tenía mis brazos a los costados, no quería regresarle el abrazo hasta que me dijera la verdad. - ¿Quien era ella? 
- Ella era una pareja de tu padre que tuvo hace mucho, es una mujer fría y mala, me fui por que si dejaba que se acercara mas te haría daño.
- ¿Porque? 
- Ella es muy ambiciosa y siempre quiso lo que no pudo tener, ella se entero que yo era uno de los guardianes mas poderosos por que me creo tu padre y aparte por que era mas humanos de lo normal.
- Entonces ¿ella te quiere a ti?
- Si, y esta haciendo todo lo posible para que me separe de ti, pero no lo lograra jamás.
- Lo logro ayer Allen. -
Le dije secamente y me solté de su abrazo para dirigirme a la casa. Estaba realmente dolida pero no se lo quería demostrar a mi madre. 
El me siguió y justo cuando entramos mi mama bajo.
- Buenas tardes. - Dijo Allen dulcemente mientras se acercaba a mi mama. - Mi nombre es Allen Fletcher, es un gusto. - El estiro la mano hacia mi mama y ella la estrecho dulcemente.
- El gusto es mío Allen, mi nombre es Silvia Maldonado.
- Un gusto señora Maldonado.
- No, no, no, no me gusta que me llamen así, dime Silvia y por favor hablame de tu, estamos en confianza.
- Claro, Silvia. 
- Perfecto. -
Dijo mi mama con una linda sonrisa, mi mama era mas alta que yo igual que Allen, a lo lejos parecían de la misma altura pero de cerca mi mama era unos dos o tres centímetros mas baja que el.

Ambos estaban platicando alegremente en el jardín contrario sentados en una banca que el día anterior habíamos puesto, parecía que querían hablar a solas así que deje que mi perrita, Tisha, saliera al jardín a que se despejara. Yo estaba arreglando la mesa para cuando sea hora de comer, todavía falta mucho tiempo pero no quería oír de lo que hablaban y por el momento, no quería ver a Allen, todavía estaba muy molesta.
- Nena, ven, sientate con nosotros a platicar un rato. - Me llamo mi mama y a ella no podía negarme, aunque eso era algo que quería evitar.
Fui con ellos, al momento de acercarme a la mesa Allen se levanto y me ofreció su silla ya que solo habían dos, para no verme grosera ni nada por el estilo la acepte, sin muchas ganas.
- Gracias.
- No hay de que. -
Allen respetaba que yo estuviera 
molesta, parece que solo estaba esperando el momento adecuado para que pudiéramos hablar.
Pasamos horas platicando y riendo mucho, pero aun así, Allen y yo no cruzamos ni una mirada y mi mama se estaba dando cuenta de ello pero no decía nada.
- Miren la hora, ¿No tienen hambre ? - Pregunto mi mama.
- Si... - Respondimos Allen y yo al mismo tiempo.
- Yo iré a calentar la comida mama. 
- No te preocupes, iré yo nena. -
Allen y yo nos quedamos solos.
- Será mejor que vaya a ayudarla.
- No... -
Me tomo de la muñeca para que no me fuera y me abrazo dulcemente. En esta ocasión no pude contener las lagrimas y le regrese el abrazo. - Tienes que entender el porque lo hice, no quería que te hiciera daño aquella mujer, vi la intención en sus ojos de hacerte algo, por eso me fui, no quería hacerlo, yo no... yo no...- No termino de hablar, sentí sus lagrimas en mi mejilla. Yo sabia que no mentía, entonces, ¿Por que me sentía así? Todavía estaba enojada pero probablemente no con el, sino, con aquella mujer que quería arrebatarme al chico que yo amaba.
No me gustaba que Allen llorara, era algo que me hubiera gustado evitar; gracias orgullo por provocar esto.
Deshice el abrazo, Allen lo entendió mal y bajo el rostro pensando, seguramente, que seguía enojada pero no era así, o al menos no con el. Tome su rostro entre mis manos obligandolo a verme directo a los ojos, el seguía llorando. Acorte nuestra distancia lo mas posible para poder darle un dulce beso, me tomo por la cintura y me acerco mas a el. Después de unos segundos me solté de sus labios para poder darle otro abrazo, tomandolo del cuello y hundiendo mi rostro en sus hombros.
Nos quedamos así hasta que mi mama nos llamo para comer, antes de entrar a la casa, limpie los restos de lagrimas que todavía teníamos Allen y yo en nuestras caras, le di un beso en la mejilla y el tomo mi mano apretandola dulcemente dandome a entender que no quería soltarme otra vez.
Nos sentamos Allen y yo juntos y mi mama enfrente de nosotros.
El plato inicial era el espagueti que yo había preparado.
- Allen, espero que te guste el espagueti, Zoé lo preparo. - Dijo mi mama antes de empezar provocando que yo me ruborizara por completo. 
Allen lo probo sin decir nada. Esperaba ansiosa su respuesta.
- Esta delicioso, al dente y muy bien sazonado, en su punto. 
- Oh, parece que sabes de cocina.
- Un poco, si un día me permiten, yo cocinare para ustedes.
- Seria un placer, ¿Verdad nena? 
- Seria encantador... -
Dije con una sonrisa, no sabia que Allen podía cocinar.
Termine satisfecha, aparte del espagueti, hubo un pollo a la naranja, arroz rojo con verduras al vapor y de postre: un gran plato de helado.
De repente sonó el celular de mi mama, era un mensaje.
- ¿Quien es mama?
- Oh, es una amiga que no veo hace mucho y me esta invitando a tomar un café, ¿les molesta si los dejo unas cuantas horas?
- No te preocupes mama, yo me encargo.
- Gracias nena, Allen disculpa que me marche así, quedate cuanto quieras, estas en tu casa.
- Muchas gracias... Silvia. 
- Ah y espero encontrarte cuando regrese, sino, nos veremos en otra ocasión ¿Vale?
- Tenlo por seguro que si. -
Me alegraba ver que mi mama y Allen se llevaran tan bien, era una linda noticia.
Mi mama se marcho. El y yo nos quedamos solos.
- Voy a recoger la cocina.
- ¿Quieres ayuda? -
Se ofreció dulcemente Allen.
- No te preocupes, no tardo nada. - Antes de empezar, quise poner música, así que conecte mi iPod en mis bocinas y lo puse en el modo aleatorio, la primera canción que sonó fue "Por Amor" de Andrea Boccelli, otro de mis cantantes favoritos.
Me puse a lavar los platos sucios. De repente sentí a Allen a mi lado, el estaba enjuagando los platos que yo enjabonaba. 
- Dos son mas rápidos que uno, ¿No? - Dijo con una sonrisa picara. Nos quedamos viendo fijamente a los ojos de nuevo, yo inconscientemente me acerque y lo bese, otra vez.
Antes los besos no eran tan importantes para nosotros, pero ahora me hacia falta sentir la calidez de sus labios contra los míos, no era algo que me desagradara, y parecía, que a el tampoco.
Terminamos de recoger la cocina mas rápido de lo que me esperaba.
- Gracias por la ayuda Allen.
- No hay de que. -
Dijo con la mas brillante de las sonrisas. El estaba recargado en la barra de la cocina, al lado de la estufa y yo estaba terminando de limpiar el otro lado de esta.
- Listo, ya quedo. Ahora, ¿Que quieres hacer? - Le pregunte mientras me acercaba a el y tomaba su mano, el empezó a juguetear con nuestros dedos como de costumbre. 
- Pues... - No pudo seguir hablando, escuchamos como la puerta principal se abría y como mi perrita salía corriendo al jardín en el que estábamos con mi mama hace un rato, traía algo atorado en su collar, parecía su cadena, ella no podía salir a ese jardín así que me puse a perseguirla. La muy sonsa solo daba vueltas. Allen estaba recargado en el marco de la puerta que daba a ese jardín y se estaba riendo.
- ¡Allen! No te rías grosero, ven y ayudame. 
- Ya voy, ya voy. -
Se movió de ahí y fue a mi lado.
- ¿Que tal si practicas tu magia con ella?
- ¿Como?
- Si, ya sabes usar uno, el de tiempo, pero te voy a enseñar uno de los poderes mas fáciles de usar.
- ¿Cual? 
- Mover cosas, personas, etc.
- Ok, ¿Que hago?
- Prestamente tu muñeca con el tatuaje. -
Estire esa muñeca y se la di. El la tomo, puso su mano encima de ella, cerro los ojos y su mano se empezó a iluminar.
- Listo.
- ¿Que hiciste Allen?
- Active los poderes.
- ¿Eh?
- Si, mira los guardianes te devolvieron tus poderes pero solo faltaba activarlos con un poco de magia ajena. Ahora, para empezar congela el tiempo. -
Hice lo que me pidió. Estire mi mano hacia adelante señalando a mi perrita y sin necesidad de decir algo mas que Tiempo se congelo todo, excepto Allen y yo.
- Listo, ¿Ahora?
- Solo enfocate en tu perrita y piensa en traerla hacia ti. Pero debes estar completamente concentrada o, si no, no funcionara.-
Cerré mis ojos y solo pensé en atraer a mi perrita. Abrí los ojos y ella ya estaba enfrente de nosotros, voltee a ver a Allen sorprendida y muy entusiasmada. El me miro con una sonrisa en el rostro. Me acerque a el y lo abrace. 
- Es tan fácil Allen. 
- Si, pero debes...
- Mi perrita se había movilizado pero esta vez corrió alrededor de nosotros enredado su cadena en nuestras piernas, cuando quedo completamente enredada, mi perrita se desespero y gracias a eso jalo su correa y provoco que nos cayéramos. Allen cayo encima de mi pero no me lastimo ni nada. Nos empezamos a reír. El seguía encima de mi y su rostro estaba a pocos centímetros del mío.
Cuando dejamos de reír se quedo viendome fijamente a los ojos. Inconscientemente ambos acortamos esa distancia y nos besamos. Lo abrace del cuello y el me tomo de la cintura. El murmuro contra mis labios Te Amo... 

sábado, 10 de septiembre de 2011

Capitulo19: Planes...

Recién íbamos entrando a la plaza cuando sonó mi celular, era una notificación de que me habían etiquetado en una foto en Facebook, no le tome mucha importancia en ese momento así que lo guarde y seguí caminando con Allen. Vimos un par de tiendas antes de ir a la parte donde estaban todos los locales de comida. Vimos un local que me llamo mucho la atención pues era de comida China, mi favorita, entramos y nos guiaron a una mesa, yo pedí arroz chino y Chop Suey, Allen también pidió arroz chino y unos rollos primavera, creo que se llamaba así. Mientras llegaba la comida mi celular sonó de nuevo, cuando vi la pantalla era otra notificación de Facebook pero ahora era de que habían comentado en una foto que me habían etiquetado, esta vez si lo revise. Entre a la app de Facebook y vi ultimas noticias, en el principio de todas las publicaciones había una foto que tenia muchos comentarios, era de dos personas besandose. Cuando entre a la parte de notificaciones fui directo a la foto en la que me habían etiquetado.
- ¿Que de...
- ¿Que pasa Zoé? ¿Estas bien?
- ¿Quien... -
La foto de las dos personas besandose éramos yo y Allen hace unos momentos afuera de la plaza.
- ¿Zoé?
- ¿Eh?
- ¿Que pasa? ¿Todo bien?
- Pasa algo, pero no se si sea malo. Mira. -
Le mostré a Allen la foto y lo único que hizo fue sonreír.
- Es una buena foto. 
- Si...
- Esa sonrisa también era toda mía, yo era a la única a la que le sonreía de esa manera y era muy lindo, inconscientemente acerque mi mano a su mejilla y el recostó su rostro en ella, lo acaricie dulcemente hasta que una voz nos interrumpió, era Alondra la cual estaba acompañada por Cristina.
- Otra hermosa foto par de tortolitos. - Dijo Alondra mientras se acercaba a nuestra mesa. - Que sorpresa verlos aqui.
- Querrás decir sin nosotras ¿Cierto?
- ¡Lo adivinaste! -
Dijo Alondra con una pequeña carcajada. Allen y yo no salíamos mucho a plazas, o mínimo estando solos, casi siempre íbamos con Alondra y Cristina. - Pero solo venimos a invitarlos a Six Flags como celebración de que por fin acabo el semestre y nos libramos de la escuela.
- ¿Que día? -
Pregunto Allen lleno de curiosidad, le entusiasmaba toda esa clase de cosas aunque a mi no tanto.
- El próximo sábado a las 11 de la mañana, nos veríamos en la entrada todos.
- Por todos, ¿Te refieres a...?
- Todos los del salón, seria una clase de viaje escolar pero mucho mas divertido.
- Seria genial. -
Dije ya que Allen estaba muy emocionado y no quería ser la típica aguafiestas, aunque, a pesar de todo había un ligerísimo problema.
- Súper, entonces nos veremos pronto. Se despidió Cristina y jalo a Alondra del brazo mientras se iban. 
- Va a ser divertido ¿No crees? - Se notaba la emoción de Allen por es simple tono de voz que uso. Antes de que respondiera o algo llego la comida, le agradecí a la mesera y empece a comer, estaba delicioso y solo asentí con la cabeza para responderle a Allen.
Terminamos de comer y pagamos o mas bien, Allen pago ya que se enterco y no me dejo a mi. Salimos de aquel pequeño restaurante. 
- ¿Donde esta el lugar que me querías mostrar Zoé?  - Me quede pensando acerca de ese viaje al parque de diversiones que olvide por completo el lugar que le quería mostrar a Allen, si quería que fuéramos pero me empece a sentir sumamente cansada, probablemente era porque recupere mis poderes. Inconscientemente bostece.
- Estas cansada ¿Verdad?
- Un poco... -
En ese momento sentí que todo se movía, ahora empezaba a sentir mareos, me tambalee un poco pero Allen me sostuvo para que no cayera.
- Mejor te llevo a casa.
- Pero, ¿el lugar?
- Me lo podrás mostrar después, por ahora es mejor que descanses. Vamos, te llevo a casa.
- Dijo dulcemente mientras besaba mi frente.
- Seria bueno que aprendiera a usar una de esas cosas con las que ustedes se transportan... ¿Como era que les decían? - Dijo Allen mientras salíamos de la plaza.
- ¿Te refieres a los coches? 
- Si, esos, tendré que aprender a manejarlos.
- ¿Y como piensas conseguir uno?
- Hmm... -
Se quedo callado por unos momentos, íbamos caminando muy lentamente pero era por su culpa ya que temía que me fuera a caer o algo así. - Ya se, podría crearlo, aunque seria difícil. 
- ¿Por qué?
- Porque tendría que desarmar uno para ver las partes y como esta armado, pero normalmente ¿como se consigue uno?
- Es fácil encontrar uno, lo difícil es conseguir el dinero para pagarlos. 
- ¿A que te refieres? -
Allen realmente no sabia de estas cosas.
- Pues veras, los coches se compran por personas que tengan mucho dinero, o tal vez no tanto pero que mínimo puedan pagar el auto, el consumo de gasolina y todo lo que involucra el mantenimiento, para poder usar un coche se debe de tener un permiso de manejo.
- Per... Per... ¿Per que de manejo?
- Permiso, pero eso es cuando se tiene dieciséis años, pasando los dieciocho puedes tener la licencia para conducir.
- ¿Y eso como se consigue?
- Aprobando un examen que tienes que pagar.
- Es todo muy complicado ¿Sabes? 
- Dimelo a mi, y se complica mas ya que tienes que encontrar alguien que te de clases de conducción. 
- Baah, humanos complicados, todo era mas fácil en mi mundo, si querías llegar a un lugar, ¡Poof! Solo te teletransportabas y listo. -
Conocer aquel lugar en sus mejores días hubiera sido fascinante, Allen parecía realmente agobiado con todo esto. Tenía una duda que tal vez era absurda pero tenía que resolverla, me detuve y el hizo lo mismo.
- ¿Te sientes mal Zoé?
- ¿Todo esto te agobia?
- ¿A que te refieres?
- A que si...
- ¡Allen!
- No pude terminar de hablar, alguien estaba llamandolo.
Ambos volteamos a ver quien era.
Era una mujer, muy guapa, mas alta y mas delgada que yo.
- Zoé, te tengo que dejar, nos vemos mañana.
- Pero Allen...
Se fue antes de que pudiera decir algo mas. Ambos desaparecieron.
Estúpidamente unas lagrimas se derramaron de mis ojos y tuve una sensación extraña en mi pecho, ¿Acaso estos son los despiadados celos de los que todos presumen? Era lo mas probable, pero ahora no sabia que hacer.
Me quede ahí, de pie, como toda una idiota. Empece a caminar, quería llegar lo mas pronto a mi casa pero se me estaba haciendo una meta imposible, estaba exhausta y ni siquiera podía caminar sin tambalearme. Encontré una banca y me senté para ver si el mareo pasaba así. Subí mis piernas y las enrolle con mis brazos, hundí el rostro en mis rodillas deseando con todas las fuerzas estar en casa y otra vez las lagrimas salieron. 
Me quede un buen rato así. 
En mi mente rondaba la imagen de aquella mujer y Allen marchandose con ella, ¿Quien podría ser la responsable de arrebatarme a aquel chico del cual yo estaba sumamente enamorada? Creo que todo este tiempo estuve viviendo en fantasías y segada por esa tierna sonrisa, Alondra me lo advirtio y no quise hacerle caso, pero aun asi parece que algo muy dentro de mi sabia que esto algún día pasaría.
Solo me hacia daño pensar en eso pues las lagrimas fluían inconscientemente. Tenía que llegar lo mas pronto a mi casa y dejarle de dar vueltas al asunto, por el momento era lo único que podía hacer.
Levante la cabeza de entre mis rodillas y vi que ya me encontraba en mi habitación, no me sorprendía, seguro había sido alguno de mis poderes.
Justo en ese momento oí la voz de mi mama saludandome, recién llegaba del trabajo.
- Hola nena, ¿que tal te fue hoy? - Antes de bajar a saludarla, me eche un vistazo en el espejo enfocandome en los ojos, era muy notable que había llorado, pero también parecía como si recién me hubiera levantado de una siesta vespertina. También vi los trazos en mi muñeca, como siempre traía muchas pulseras, era fácil esconderlos. Cuando baje mi mama no me dejo responderle la pregunta que me había hecho hace poco, si no que fue directo al grano.
- ¿Lloraste Zoé? 
- No, me acabo de despertar, me quede dormida viendo la televisión. 
- Oh, disculpa si te desperté.
- No te preocupes, se estaba haciendo tarde.
- Mi mama traía unas bolsas del supermercado así que le ayude a guardar lo que venia en ellas.
- Ah Zoé, supongo que tu novio vendrá mañana, ¿No?- Eso era lo que quería evitar: que lo llamara novio y que me preguntara por el. 
- Supongo que si.
- ¿Por que supones?
- Porque hoy surgió algo y se tuvo que ir, así que no se. -
Solo con recordar eso me hacia sentir irritada.
- ¿Se pelearon? 
- No mama, solo que por ahora no quiero hablar de el, mañana veré como lo soluciono, tu no te preocupes. -
Me apresure en ayudarle y me subí a mi habitación a ver que rayos haría para mantener mi mente ocupada.
No quise encender mi lap así que tome mis audífonos y mi iPod, busque una canción que me alegrara, aunque fuera, un poco. Recorrí toda la lista de canciones hasta que enconare la canción ideal, se llamaba One For The Radio y raramente era de mi banda favorita: McFLY.
Me acosté en mi cama y no me enfoque en nada hasta que mi celular sonó dos veces, eso significaba que era un mensaje.
Lo tome, antes de abrirlo vi el numero del que lo había enviado, no sabia quien era.
Al abrirlo, lo que decía era esto:

"Zoé, tenemos que hablar, mañana te buscare." 

No decía quien lo había mandado ni nada, así que supuse que había sido Allen, pero eso era un error ya que se segundos después llego otro mensaje: 

" Zoé, Te acaba de llegar un mensaje ¿cierto?, ten mucho cuidado,alguien te esta vigilando, mañana nos vemos, disculpame por lo de hoy... Allen" 

Quise responderle, pero mi orgullo pudo mas que eso.
Probablemente era el mago de la vez pasada, solo que en esta ocasión se me hizo extraño que no pusiera firma en el mensaje. ¿De que tendríamos que hablar nosotros? Al final siempre sera el mago que destruyo el mundo de Allen, que mato a mi padre y que ahora trata de asesinarme, de lo único que tendríamos que hablar serian sus motivos, pero no es de mi importancia, así que lucharíamos hasta que uno de los dos cayera, me era imposible decir que yo seria la ganadora, pues ahora controlaba apenas cuatro de mis poderes...

domingo, 14 de agosto de 2011

Capitulo18: Despedidas...

Abrí los ojos de golpe.
Estaba sola en el suelo de aquel lugar tan claro y blanco, era todo lo contrario a esa visión.
Recordar todo lo que había visto provoco que unas lagrimas se desbordaran de mis ojos.
- Lo has visto ¿Cierto? - Era la inconfundible voz de Ruth a mis espaldas, me levante y me gire para verla. Sabia perfectamente a lo que se refería.
- S... Si.
-  Eso es lo que pasara si no encontramos pronto al destructor.

Hubo un largo silencio, yo estaba sumida en mis pensamientos mientras Ruth tenia los ojos cerrados y movía su boca sin producir algún sonido.
Dejo de hacer eso y se acerco a mi.
- Es hora de regresar con los chicos. - Me ayudo a levantarme, pero antes de llegar tenia que hacerle unas preguntas.
- Ruth...
- ¿Si?
- ¿Que fue lo que estabas haciendo hace unos momentos?
- ¿Con los labios?
- Si
- Era la ultima parte para terminar con la devolución de tus poderes, por cierto observa tu muñeca.

Al hacer eso vi que tenia cientos de símbolos muy, muy pequeños, en realidad eran apenas visibles pero había uno que se situaba justo en medio de todos y era el mas extraño pues era un símbolo de infinito (∞) 
- ¿Por que son tantos?
- Porque son todos los poderes que has recuperado.
- Y ¿Que significa este infinito?
- Que todavía tienes infinidad de poderes, ósea que puedes hacer absolutamente lo que quieras.
- Wow, es impresionante.
- Bastante ¿Cierto?
- ¿Y como los convoco o eso?
- Seguramente Allen te enseñara pero ¿Como lo haces normalmente?
- Hmm, no es nada especial, solo me concentro en el poder que quiero y lo digo en voz alta.
- ¿Podrías darme un ejemplo?
- Claro... Pero ¿Con que? 
- ¿Que sabes controlar?
- Pues sanacion, detener el tiempo, crear pequeños campos de protección y controlar dos elementos.
- Todo eso en tan pocos meses es impresionante, seguramente pronto podrás controlar todos tus poderes pero por ahora, muestrame que elementos sabes controlar.
- Solo son la tierra y crear fuego por mi misma.
- Muestrame eso del fuego.
- Es... Esta bien.

Cerré los ojos y respire hondo. 
Me concentre completamente en el fuego.
Todo lo que había en este momento en mi mente era fuego, su calor, la sensación que me producía al momento de crearlo, las llamas...
Eso es lo que me había dicho Allen que tenia que hacer.
Dije en voz baja "Fuego" y chasquee mis dedos.
Cuando abrí los ojos una pequeña flama flotaba encima de mi mano extendida.
- Impresionante técnica, la había visto una sola vez antes.
- ¿Ah si? ¿Con quien?
-  Con tu padre.
- Lo dijo con nostalgia y tristeza, parecía que le dolía mencionar a mi padre. Me dio a entender que la conversación había terminado y empezó a caminar.
Desvanecí la flama yaciente de mi palma y la seguí sin decir una sola palabra.
Me sorprendí al oír que la técnica tan sencilla que yo usaba también era de mi padre. Aparentemente me parecía mucho a el.
Ahora nada de eso me importaba, estaba realmente ansiosa por llegar con Allen y tomar su mano, ya no quería esperar mas, aparte estaba muy preocupada, yo se que no le pasaría nada pero me urgía llegar con el y saber que estaba bien. 
Mientras caminábamos observe con detenimiento cada símbolo en mi muñeca, pensé que seria difícil ocultarlo y mas a mi mama ya que, no sabia como, ella podía saber si escondía algo. Era una tontería pensar en eso pero era lo único que quería que abarcara mi mente, ya no quería llorar mas.
Después de una larga caminata, creo que incluso mas que la primera, llegamos con Allen y los hermanos de Ruth los cuales todavía tenían la espada y el arco con las flechas.
Me acerque corriendo a Allen y el hizo lo mismo, me abrazo muy fuerte y yo me aferre a el. Nos separamos después de un corto lapso pero nos tomamos de las manos.
- Ahora... - Sorpresivamente hablo Ricardo antes que Ruth. - Ya que Zoé tiene todos sus poderes tu Allen tienes que enseñarle a usarlos los mas pronto posible.
- Pero mientras logras esto les daremos estas dos armas para protegerse.
- Dijo Eder dandome a mi el arco con las flechas. - Esto te ayudara a defenderte de futuros ataques, ya que seguramente el destructor aprovechara tu vulnerabilidad pero con esto no lograra hacerte daño.
- Y tu Allen toma esta espada, se que no te hará falta, pero no siempre podrás depender de tu fuerza y tus poderes, así que usala cada vez que te encuentres en un ataque cuerpo a cuerpo o en este caso, arma a arma.
- Dijo Ricardo mientras Allen tomaba la espada.
- No deben preocuparse por el tamaño ya que tu Zoé tendrás esto - Ruth me mostró una pequeña pulsera en forma de cadena y la puso en mi muñeca derecha. - Con dos de tus poderes puedes encoger y agrandar cosas así que si encoges estas armas podrás colgarlas en este brazalete y las traerás siempre contigo, por ahora yo lo haré ya que tu no sabes como pero Allen tendrás que mostrarle y pronto
- Entendido.
- Respondió el mientras Ruth encogió las dos armas y las colgó al brazalete, fue bastante rápido y aparentemente, bastante fácil.
- También tendrás que enseñarle a usar un arco y flecha. - Dijo Ricardo 
- hmmm... Por eso no hay problema.
- ¿A que te refieres Zoé? -
Ahora el que hablo fue Eder.
- Hace mucho cuando fui a un campamento me enseñaron a usarlos, incluso fui una de las mejores en aquel entonces, así que no hay problema
- Es bueno oír eso. -
Me dijo Allen mientras me sonreía como normalmente lo hacia, eso me tranquilizaba bastante.
- Sin embargo Zoé eso paso hace mucho ¿podrías darme una muestra de tu puntería? - Me pidió Ruth, parecía que ella dudaba de mi y eso era algo que me molestaba, si no supiera como hacerlo no hubiera dicho nada, pero para demostrarle que no debía dudar de mi hice lo que me pidió.
- Si claro, ¿Hacia que blanco?
- Hacia ese... -
Me dijo ella mientras apuntaba hacia un blanco que recién ella había dibujado , era parecido al circulo con símbolos que hizo cuando me devolvió mis poderes solo que este no tenia símbolos, cuando termino de dibujarlo agrando el arco junto con las flechas y los hizo flotar hacia mi.
No había visto lo hermosas que eran las flechas, estaban muy adornadas, tenían cinco pequeñas joyas cerca de donde estaba la punta, El astil* era de un color dorado muy brillante, que a mi simple vista parecía ser oro verdadero, las plumas eran de un color turquesa que al moverlas cambiaban a un  color azul marino muy obscuro. Eran preciosas, se me hacia un desperdicio usar flechas  así en un combate en el que probablemente se perderían.
Acomode el arco y la flecha en la posición que me habían enseñado en ese campamento, jale la cuerda junto con el culatin** de la flecha lo mas que pude sin romper la cuerda. Me concentre y puse mi mira en el blanco, respire hondo y solté la cuerda.
La flecha se disparo dándole justo en el medio del blanco que Ruth había dibujado, todos estaban sorprendidos excepto Allen y... Ruth. La oí susurrar "Perfecto" y cuando voltee a verla tenia una gran sonrisa en su rostro, parece que sabia que eso iba a pasar.
Sin decir nada mas Ruth encogió el arco y lo colgó en el brazalete que me dio.
- Zoé, estas flechas fueron creada por las cinco familias protectoras, por eso debajo de la punta hay cinco joyas, cada una representa a una familia.
- ¿Para que las crearon?
- No sabría decirte, ya que los creadores, o los primeros jefes de casa familia murieron hace miles de años sin decir el motivo, pero parece que era por precaución por si algo así pasaba.
- ¿Y cuando las flechas se acaben?
- Tendrás que aprender a crear tus propias flechas.
- ¿Como?
- Allen te enseñara a su tiempo.
- Y si... -
Ruth me interrumpió antes de que pudiera terminar de hablar
- Es hora de que se marchen.
- Pero... -
Me empece a preocupar, todavía tenia muchas dudas, aun no me quería ir.
Parece que Ricardo vio mi preocupación, se acerco a mi y me abrazo.
- Pequeña, no tienes que preocuparte por tanto ahora mismo, enfocate en aprender lo necesario pero disfrutalo, se que será difícil pero tienes a alguien que jamás te dejara cargar con tantos problemas sola, te puedo asegurar que el siempre estara contigo y no solo porque sea tu guardian, si no porque el te ama, así que no te preocupes mi niña, ve y pateale el trasero a unos cuantos. - Dijo Ricardo en un tono muy bajo dejando salir una pequeña carcajada a la cual yo le seguí, me soltó de su abrazo pero antes me beso la mejilla. Su beso no era como el de Allen, era mas como un beso que te da mama o papa antes de ir a dormir, o algo así.
Yo sabia que lo que el decía era cierto pero yo no quería crearle tanta carga a Allen, no me gustaba la idea, así que si quería evitar eso tenia que controlar mi magia lo mas pronto posible, por nuestro bien y por el de los pocos seres mágicos y guardianes que quedaban en el mundo.
Allen interrumpió el hilo de mis pensamientos tomandome de la mano, voltee a verlo y el hizo lo mismo, siempre que pasaba eso nos perdíamos de todo, podíamos estar viendonos a los ojos por horas y no era aburrido, para mi, nuestras miradas decían mas que las palabras. 
Eder raspo su garganta y gracias a eso me acorde que estábamos en el mundo mágico. Sin muchas ganas moví mi cabeza para soltarme de aquella mirada tan hipnotizante. 
- Es hora de que regresen a casa. - Dijo Eder con un tono distinto al que había usado hasta ahora, parecía que le pesaba decir eso.
- Eder ¿Que pasa? - Como me había dado cuenta de aquel tono no podía quedarme con la duda de si era cierta o no mi predicción.
- No te preocupes Zoé, Eder siempre anda de sentimental.
- Eres un tarado Ricardo. -
Dijo malhumorado Eder mientras le lanzaba una mirada de odio a Ricardo, el se acerco a Eder y paso su brazo encima de su hombro, era un abrazo muy fraternal, verlo me causo mucha ternura.
- Corrigo: siempre andamos de sentimentales. - Dijo Ricardo mientras dibujaba una lagrima con el dedo en su mejilla
- Parecen nenas - Dijo Ruth mientras le sonreía a sus hermanos y se acercaba a ellos, Eder estiro su brazo libre y la tomo dulcemente del hombro para abrazarla. Parecían muy unidos y se querían mucho, me dio un poco de sentimiento pues yo siempre quise saber como seria tener un hermano o hermana ya que yo era hija única.
Eder, Ricardo y Ruth no dijeron nada mas, se marcharon entre risas despidiendose con un movimiento de la mano. No se me hizo raro eso ya que estaban muy absortos en su pequeña discusión sobre sentimentalismo.
- ¿Zoé?
- ¿Sip?
- ¿Nos vamos?
- ¿A donde?
- A donde mas, pues a casa pequeña.
- Ah si, y ¿Como volvemos?
- Sorpresa, cierra los ojos.
- A ¿Que te refieres con sorpresa?
- Preguntas demasiado.
- Y tu no respondes mucho.
- Buen punto.
- ¿Entonces?
- No te diré ya que lo aprenderás, ahora cierra los ojos.
- ¿No es mas fácil si me enseñas de una vez?
- Todo a su tiempo.
- Hmmm ¿Cuando lo aprenderé?
- Cuando tengas que aprenderlo.
- Dime por favor.
- Por favor.
- Que bobo.
- Cierra los ojos.
- ¿Para que?
- Solo cierralos.
- Pero ¿Para que?
- Hazlo.
- Ok mi general. -
Le dije con tono bromista mientras hacia un ademan de soldado obedeciendo al superior.
Cerré los ojos y no pasaron ni cinco segundos cuando Allen me hablo.
- Abrelos. - Cuando los abrí ya estábamos en la escuela. Alondra y Cristina apenas se estaban saliendo por la reja de la escuela, todo estaba igual que cuando nos fuimos, parece que era como el "Salón de clases" de Allen, no afectaba el tiempo de los humanos.
- Ahora a pretender que somos normales. - Le dije a Allen, el tono de mi voz fue un tono agobiado pues el se dio cuenta.
- ¿Estas bien?
- Si, solo que un poco cansada.
- Es normal ya que recuperaste todos tus poderes.
- ¿Es cierto que tengo infinidad de poderes?
- Sip, cualquier cosas que te imagines la podrás hacer.
- ¿Como volar y cosas así?
- Sip, incluso podrás mover objetos.
- ¿Cuando aprenderé todo eso?
- Después de que controles los cuatro elementos te enseñare a pelear cuerpo a cuerpo.
- ¿Con artes marciales y eso?
- Sip.
- Y ¿Por que primero eso y no lo de crear o encoger y eso?
- Porque es mas importante que primero aprendas a defenderte y atacar que eso.
- Ya veo.

Nos quedamos en silencio un buen rato mientras caminábamos hacia la salida de la escuela.
Cuando íbamos saliendo vimos a todos los de nuestro salón, algunos platicando y otros fumando, no era raro ver eso. Yo no era muy sociable con ellos, con los únicos con los que me llevaba mejor era con Alondra, Cristina y por supuesto Allen. De vez en cuando tenia una pequeña platica con alguna otra chava del salón, en cambio Allen se llevaba bien con todos. Dos chicos del salón que eran sus amigos se acercaron para despedirse. Parecía que iba a tardar así que me solté de su mano, al hacerlo el se volteo de inmediato un poco asustado, le sonreí para que no se preocupara y me fui a sentar a un pequeño espacio que tenia pasto a esperarlo. No estaba tan lejos así que oí su pequeña conversación.
- Parece que se enojo. - Dijo uno de sus amigos, creo que por el tono de su voz era un chico llamado Javier. 
- Mejor ve, no valla a ser que se moleste. - Dijo el otro chico, era Luis. Javier y Luis parecían hermanos ya que eran muy unidos.
- No, no esta enojada.
- Entonces ¿Por que te sorprendiste tanto cuando te soltó?
- Le pregunto Javier con la curiosidad pintada en el rostro.
- Amm... No... No lo se. - Dijo Allen un poco nervioso mientras con su mano se rascaba la nuca. Me causaba ternura verlo así, tan nervioso.
- Si lo sabes, ya dinos. - Le dijo Luis, o era yo o todo mundo hoy tenía un patrón para hablar ya que en esta vez, primero hablaba Javier y después Luis, me resultaba extraño eso pero ya empezaba a acostumbrarme.
- Lo que pasa es que...
- Es que... ¿Que? 
- Pues me resulta difícil tenerla lejos de mi, no me gusta la idea de estar separados.
- Aww que romántico.
- Dijeron Javier y Luis al mismo tiempo mientras le pellizcaban las mejillas a Allen. Oír lo que dijo Allen provoco que una gran sonrisa se dibujara en mi rostro.
- Hey, Allen, mira. - Le dijo Javier mientras señalaba a mi dirección.
- ¿Que pa... - Allen no pudo terminar de hablar cuando volteo, parece que algo lo había dejado mudo. Sentía su mirada en mi pero yo no podía dejar de sonreír por las palabras que el había dicho.
Escuche a Javier y a Luis susurrar entre si "Esta muy enamorado" pero Allen los escucho y les respondió sin voltear a verlos "Mas que eso, nos vemos luego". Alce mi mirada y vi como el se despedía de ellos con un ademan de la mano mientras se acercaba a mi.
Se sentó enfrente de mi y me miro fijamente a los ojos, yo por mas que quisiera no podía dejar de sonreír.
- Hola bonita.
- Hola bonito, ¿Que pasa?
- No tiene que pasar algo ¿O si?
- Supongo que no.
- Tome una de sus manos y me puse a jugar con ella haciendo trazos por la palma hasta la muñeca. El me seguía viendo fijamente.
- ¿Por que me ves tanto Allen?
- Porque me gusta mucho verte sonreír. 
- Pero no es raro en mi.
- Pero me gusta mucho esta sonrisa, la que haces cuando estas conmigo, es una tan autentica, tan natural... Tan mía.
- ¿Como es eso? 
- Si, mira cuando estas con los demás sonríes de una forma tan automática y tan acostumbrada, pero cuando estas conmigo es diferente, porque es autentica, porque la provoco yo y no te fuerzas a hacerla, si no que sale natural, por eso me fascina. -
Me dijo mientras con su mano libre acariciaba mi rostro y con su dedo pulgar siguió la curva que hacían mis labios al sonreír, recarge mi rostro en la palma de su mano y nos quedamos así por un buen rato. Nos olvidamos de que los del salón estaban a pocos metros de nosotros y oímos un audible "Aww" de su parte y eso provoco que me sintiera apenada y separe mi mirada de Allen para situarla en donde mi mano estaba jugando con la suya, el nunca soltó mi rostro ni aparto su mirada. De repente sonó mi celular, era un mensaje. Con mi mano libre intente buscarlo entre mis cosas pero era torpe y no lograba encontrarlo así que Allen me ayudo soltando mi rostro para sacarlo de mi mochila, darmelo y volver a tomar mi mejilla con su mano, los del salón vieron eso y se escucho otro enorme "Aww"
- Que inmaduros - Dije mientras veía de quien era el mensaje.
- ¿Quieres que nos vayamos? 
- ¡Rayos! 
- ¿Que pasa?
- Olvide por completo lo de mañana. -
El mensaje era de mi mama recordandome que invitara a Allen a comer y  pasar un rato mañana en la casa y que no llegara muy tarde hoy.
- ¿Lo olvidaste? - Dijo Allen sin ninguna sorpresa.
- ¿Tu no?
- Como podría olvidar algo tan importante como que conoceré a mi suegra mañana.
- Se nota que estas emocionado.
- Un poco.
- ¿Nos vamos?
- Claro, ¿Te acompaño a tu casa?
- Hmm... Ya tengo permiso para llegar como a las seis hoy.
- ¿Enserio? - Allen parecia mas emocionado por el hecho de que pasaríamos mas tiempo juntos que por que mañana conocería oficialmente a mi mama.
- Si, parece que mama se tomo muy bien que yo este saliendo con alguien.
- Eso es genial, entonces ¿Que quieres hacer? 
- ¿Que tal si vamos a comer algo? Muero de hambre.
- ¿Que se te antoja?
- Hmm... No se, ¿Te parece si vamos a la plaza que esta aquí cerca? Ahí hay muchos lugares donde podríamos comer. 
- Y después ¿Te gustaría ir al cine?
- Hmm... No, tengo un mejor lugar que te quiero enseñar.
- Oh, ¿En donde?
- Es sorpresa.
- Dime por favor.
- Por favor. -
Imite su comentario soltando una pequeña risa a la cual el le siguió. Era divertido estar con el, si por mi fuera, yo pasaría todo el día a su lado.
Dejamos de hablar y empezamos a caminar para ir a la plaza, no estaba muy lejos así que nos podíamos ir a pie. 
Allen se detuvo antes de entrar a la plaza y se puso frente a mi, se quedo viendome fijamente a los ojos. Su mirada era tan hipnotizante que me resultaba imposible soltarme de ella. Yo sabia lo que significaba esa mirada, lo sabia perfectamente, También sabia que aunque yo quisiera  no lo podría detener pues estaba completamente decidido a hacer lo que tenia en mente. 
Acerco su mano a mi mejilla y la acaricio dulcemente, dio un paso hacia mi quedando nuestros rostros a pocos centímetros de distancia, lentamente ambos fuimos acortando esos centímetros a milímetros hasta que lo inevitable sucedió, nuestros labios chocaron entre si formando un beso, puse mis brazos en sus hombros intentado acortar mas la distancia que ya no existía entre nosotros, el envolvió mi cintura con sus brazos y así estuvimos por un largo rato.
Allen se separo por unos segundos para verme a los ojos y susurrar "Te amo", no pude responde pues de inmediato mis labios volvieron a estar ocupados.





*Astil se refiere al cuerpo de la flecha
**Culatin se refiere a la parte final de la flecha que se incrusta en la cuerda para que esta no se salga al momento de tomar impulso con el arco.

lunes, 1 de agosto de 2011

Capitulo17: Visiones...

Después de que Ruth, Ricardo y Eder me dijeron todo lo que tenia que saber, o eso creí yo, los tres se fueron diciendo que regresarían pronto y que los esperáramos por unos minutos.
Ruth me explico que el dolor en mi muñeca fue causado por el mago que me llamo ya que lanzo una clase de ataque para matarme en ese instante pero Allen se dio cuenta y por eso nos saco de la escuela. No sabia en donde estábamos todavía, ni los tres guardianes ni Allen me habían dicho. Era un lugar extraño, era completamente blanco y solo tenia una banca del mismo color en la cual nosotros estábamos sentados tomados de la mano, el lugar era muy parecido a uno de los sueños que tuve al inicio.
- Allen, ¿En donde estamos?
- Estamos en lo que queda del mundo mágico.
- ¿A que te refieres con "lo que que queda"?
- Al no tener a las familias principales para protegernos, el asesino de tu padre destruyo la mayoría de este mundo.
- ¿Que paso con todos los magos y guardianes del mundo mágico?
- Casi todos fueron aniquilados ya que no querían obedecer al destructor.
- ¿Destructor?
- Así lo llamamos pues después de todo lo que ha causado todavía no sabemos quien es.
- ¿Y los sobrevivientes del ataque?
- Se han disfrazado para vivir entre los humanos.
- ¿Por que Ruth, Ricardo y Eder no me lo dijeron?
- No querían presionarte ni crear mas cargas en ti.
- Y ¿Por que me lo dices tu?
- Porque yo te conozco mejor que ellos y supe como ibas a reaccionar. -
En realidad si me conocía, que me dijera eso no presiono en absoluto, yo sabia que tenia algo que hacer y claro que lo iba a cumplir. Pero ahora ese debe iba a ser mucho mayor ya que también tenia que proteger a los humanos.
- Entonces, mi deber incrementa ya que el destructor los esta involucrando.
- Exacto y tenemos que hacerlo pronto o si no se enteraran de nuestra existencia.
- Si se llegan a enterar ¿Que pasaría?
- Al principio algunos se sorprenderían pero lo aceptarían, pero muchos otros lo divulgarían haciendo que esto fuera un escándalo mundial y atrayendo a otros gobiernos de varios a cazarnos.
- ¿Como que cazarnos?
- Si, nos empezarían a rastrear a todos los magos y guardianes para capturarnos.
- ¿Por que?
- Por la búsqueda del poder y la ambición, pero por eso tenemos que encontrar al destructor antes de que revele todo acerca de nosotros.
- ¿Como lo sabes con tanta exactitud?
- Ruth lo ha visto y me ha dicho.
- ¿A que te refieres con que lo ha visto?
- A que ella ha visto que pasaría si los humanos se enteraran.
- ¿Enserio?
- Si, cada uno de ellos tiene un diferente poder que ningún guardián posee, por eso son los superiores. Ruth ve el futuro, Ricardo puede borrar memorias o recuerdos y Eder puede manipular a los demás a su antojo, juntos son invencibles, pero aparte de eso son los guardianes mas antiguos que hay por no decir viejos, llevan cuatro siglos y medio vivos.
- Era impresionante lo grande que eran y la edad que aparentaban que no era ni un cuarto a la que en realidad tenían.
Tenia miles de dudas mas, era como un dejavu de la primera vez que hable con Allen de magia, solo que en diferente lugar.
Tenia que saber lo mas que pudiera para poder estar completamente preparada para cualquier cosa que pasara.
- Si son tan poderosos, ¿Por que no han detenido al destructor?
- Por que son, como yo, simples guardianes, no importa si son superiores, necesitan de un maho no hito, es la ley de vida de los guardianes: nosotros siempre dependeremos de un mago.
- ¿En donde están sus magos?
- Nunca tuvieron.
- No entiendo.
- Hmm, lo ponde fácil; ellos son superiores por sus poderes, ellos no están para pelear ni para proteger, solo están para asignar a los demás guardianes, aunque es diferente contigo ya que ellos te advirtieron que algo en tu vida cambiaría y te regalaron un poco de su energía con ese collar, pero eso fue por dos cosas; la primera por que eras la ultima de los protectores, y la segunda por que no estabas enterada de lo que eras y si no sabias serias un blanco fácil para el destructor.
- Y... ¿Me asignaron contigo por casualidad o ya lo tenían planeado?
- Ya lo tenían planeado.
- ¿Por que?
- Es larga la explicación.
- Tenemos tiempo Allen, ahora eso es lo que menos importa.
- Esta bien. Ellos sabían de tu existencia desde que estuviste en el vientre de tu madre. De hecho ellos conocían a tu padre y este fue quien les pidió que no te involucraran en todo esto pero para mantenerte protegida, el me creo desde antes de tu nacimiento.
- ¿Como que te creo?
- Si, todos los guardianes somos creaciones, no tenemos ni madre ni padre, nuestra única razón de existencia son nuestros magos. Solo que yo fui diferente ya que los superiores no me crearon si no que tu padre lo hizo, por eso soy mas humano que los demás, por eso yo me enamore de ti, por que yo, aparte de los superiores, tenia un corazon genuino, un corazon en el cual nadie me decía que podía o no sentir, en pocas palabras era independiente.
- ¿Los demás guardianes no son como tu?
- No, son como robots ya que solo están para proteger guiados por su instinto.
- En cambio tu te guías...
- Por el corazon.

No sabia porque mi corazón empezó a latir muy rápido, pero ahora no me podía detener para saberlo, tenia que preguntarle a Allen lo mas que pudiera antes de que los superiores llegaran.
Ahora tenia que preguntarle acerca del dichoso destructor.
- Sobre el destructor...
- Dime
- ¿Es el que me ha estado persiguiendo y al que tu intentabas rastrear antes de conocernos personalmente?
- Exactamente
- ¿Tiene algún otro plan?
- Son suposiciones las que tengo
- ¿Cuales son?
- La primera es que cuando te destruya, lo cual no pasara, se intentara apoderar del mundo humano. La segunda es que solo quiere acabar con el legado de las familias protectoras.
- ¿Hay una tercera suposición?
- No, como dije son puras suposiciones, pero de lo que si puedo estar seguro es que intentara por sobre todas las cosas...
- Matarme... -
Se me hizo un nudo en la garganta al pronunciar esa palabra
Allen subió sus pies a la banca de manera que pudo recargar su brazo libre sobre sus rodillas y escondió su rostro ahi, nunca soltó mi mano, al contrario la apretó mas fuerte, el estaba temblando.
- Yo nunca... permitiré que te pase algo. - Le tembló la voz. Parece que tenia un ataque de nervios.
Con mi mano libre tome su rostro. Lo primero que vi fueron unas lagrimas que se desbordaban de sus ojos.
Nunca lo había visto así.
Nunca había visto a alguien así... por mi.
Mis ojos se empezaron a llenar de lagrimas por verlo así.
Me dolía.
Nunca imagine que algo así pasaría.
No quiero que algo así vuelva a suceder.
Instintivamente me solté de la mano de Allen y lo abrace por el cuello acercandolo a mi y deshaciendo la forma en que estaba sentado, hundí mi rostro en su hombro.
- No llores... Por favor. - Le susurre.
- Es inevitable. - Dijo con la voz temblorosa mientras me abrazaba también.
- ¿Por qué?
- Porque Ruth también ha visto como el te captura y... -
Me apretó mas contra el. Sin la necesidad de que lo dijera yo sabia a que se refería.
- No va a suceder Allen.
- No lo sabes.
- Si lo se.
- ¿Como puedes saberlo?
- Por dos cosas.
- ¿Eh?
- La primera es por que te tengo... -
Se acomodo para verme a los ojos sin soltarme.
- ¿Por qué desde el principio haz confiado tan ciegamente en mi?
- Hmm... La verdad es que no lo se, solo lo hago, es raro ¿Verdad? Claro no es que yo sea una persona normal y... -
El me interrumpió con la mirada con la que me veía, había cambiado por completo, ya no era triste y eso me tranquilizo mucho. Me volvió a apretar contra el y recargo su barbilla en mi hombro.
No quería verlo así otra vez, así que tenia que volverme mas fuerte cuando obtuviera mis poderes completos.
- ¿Sabes Allen?
- ¿Que?
- Estuve pensando mucho en meterme a clases de karate o algo así.
- ¿Por que?
- Porque soy vulnerable en algún ataque cuerpo a cuerpo, como paso con Mauricio, así que tengo que hacer algo para no serlo.
- Tienes razón, buscaremos algún lugar y yo te enseñare. -
Ahora lo moví yo para verlo a los ojos.
- ¿Tu sabes karate?
- No exactamente karate pero si se luchar cuerpo a cuerpo.
- ¿Como aprendiste?
- Hmm... Creo que siempre he sabido, parece que tu padre me hizo así.
- Hablando de eso...
- ¿Que?
- Hmm... Tu y yo, ¿No seriamos como hermanos?
- No, porque el me creo con magia y a ti pues...
- Ya entendí. -
Dije mientras callaba con un dedo sus labios y le sonreía, el me regreso la sonrisa y me volvió a abrazar.
Ya no tenia mas dudas por el momento, solo quería seguir abrazando a Allen y estar junto a el.

Paso mucho tiempo hasta que regresaron los superiores.
Cada uno traía un objeto en sus manos.
Ruth traía el collar de mi padre.
Ricardo traía una espada.
Y Eder traía un arco y unas flechas.
Cuando llegaron Allen y yo nos dejamos de abrazar pero nos tomamos de las manos.
- Disculpen la tardanza, tenemos que apurarnos a devolver tus poderes Zoé, ven conmigo. - Me dijo Ruth mientras estiraba su mano hacia mi, yo la tome y ella me jalo para llevarme a otro lugar, Allen nos siguió pero Ruth lo detuvo. - Allen, tu no puedes venir, tienes que quedarte con Ricardo y Eder ya que te tienen que decir algo, yo la cuidare, no tienes de que preocuparte. - El no dijo ni una sola palabra, solo asintió.
Caminamos bastante pues ya no estábamos a la vista de los demás.
- Zoé, ponte este collar - El de mi padre - de manera que ambos queden uno al lado del otro.
Hice lo que me pidió mientras veía como Ruth se alejo de mi unos cinco pasos y volteo a verme, empezó a dibujar algo en el aire con su dedos. Cuando termino cerro los ojos y empezó a decir algo extraño. Cuando dejo de hablar un circulo como el que Allen hizo hace mucho para recuperar mis poderes apareció frente a ella, era mas pequeño.
Ruth movió sus manos en mi dirección y el circulo se situó debajo de mis pies haciéndose mas grande.
- Zoé, debes de cerrar los ojos, respirar hondo y estar calmada.
- Ok
- Y... Pase lo que pase no grites, debes de mantenerte calmada en todo el proceso o si no, probablemente fallara.
- Es... Esta bien.
- Vale, ahora cierra los ojos y haz lo que te acabo de decir.

Hice todo lo que me dijo.
Ruth empezó a decir cosas raras de nuevo.
Todo estaba calmado.
Hasta que pude sentir que una luz me rodeaba.
Quería abrir los ojos pero algo me lo impidió. Estuve a punto de entrar en desesperación pero recordé que me tenia que mantener calmada.
Volví a respirar hondo y una imagen invadió mi mente.
Era una ciudad totalmente destruida. Pude ver a una persona de espaldas a mi, era un hombre vestido de banco temblando, podía oírlo llorar.
Me acerque mas y mas a el hasta que quede justo detrás, solo unos centímetros nos distanciaban
-  ¿Te encuentras bien? - Dije estirando mi mano hacia su hombro pero tuve un mal presentimiento y la regrese a su lugar.
El no hablo, solo movió su cabeza dandome a entender que no estaba bien, camine lentamente para intentar ver su rostro, cuando me situe enfrente de el vi que sostenía algo en sus brazos.
- Hey, ¿que tienes ahi? - Levanto su rostro.
Me tire al suelo y empece a llorar.
La persona que estaba enfrente de mi era Allen sosteniendo mi cuerpo sin vida, el estaba llorando mi muerte.
¿Acaso esto fue lo que vio Ruth?
¿Esto es lo que pasaría si no detenía al destructor?
De repente empezó a temblar.
Todo empezó a caer.
Los restos  de la ciudad se derrumbaron aun mas.
Y Allen con mi cuerpo en sus brazos se desvaneció como su fuera polvo.
Fue igual con absolutamente todo lo que me rodeaba hasta que quede sola en un lugar completamente obscuro.
Corrí creyendo que llegaría a algún lugar pero parecía que mis piernas no se movían.
Me detuve y quise gritar ingenuamente pero ya no podía abrir mi boca, era como si estuviera pegada.
Me tire al suelo y me cubrí los ojos deseando que todo esto acabara pero no cesaba.
Empece a sentir algo extraño en mi interior, no sabia que sensación era pero no era para nada agradable.
Mi muñeca izquierda me estaba doliendo mucho, era un dolor familiar, la levante y pude ver como mas símbolos aparecían, parecía que cada símbolo era dibujado con la navaja de Mauricio. Ardía incluso mas que esa vez.
Quería poder despegar mis labios y gritar pero lo único que podía hacer era llorar.
Termino el dolor después de que una delgada línea llena de símbolos rodeo por completo mi muñeca, parecía una pulsera muy delgada.
Entonces esa obscuridad se derrumbo llevandome con ella.

viernes, 29 de julio de 2011

Capitulo16: Familias...

Nosotros definitivamente no éramos normales... Eso me había dicho Alondra una y otra vez por la forma en la que Allen y yo nos comportábamos cuando estábamos juntos.
Los besos para nosotros no eran una necesidad, solo eran un capricho y un gusto que nos dábamos de vez en cuando, en realidad con una sencilla pero verdadera mirada bastaba. En pocas palabras: no necesitábamos esa clase de cosas para demostrarnos nuestro amor. ¿Cursi? Lo se, pero así éramos nosotros.
Un genuino amor... Me dijo Cristina cuando estábamos solas por la pena de decirlo enfrente de los demás, también me había dicho que nuestra relación era como un diamante: difícil de encontrar y muy valiosa.
Yo creía que éramos normales, pero claro, ¿Yo que sé de normalidad?
Mientras el me besaba pensé en todo esto, aunque me era difícil pensar en otra cosa que no fuera la calidez de sus labios sobre los míos.
Nos separamos y nos vimos fijamente a los ojos, yo acerque mi mano a su rostro para jugar con su cabello, ya lo tenia largo pero se había dejado un flequillo que le cubría casi toda la frente y lo demás se lo corto parejo, Allen era muy guapo para mi y aparentemente para las demás también. Mientras jugaba con su cabello el tomo mi mano y la dejo en su mejilla aprentandola dulcemente. Yo acaricie su mejilla con mi dedo pulgar y el sonrió al tacto.
- Aww la parejita, miralos que lindos Cristina.
- Si, son toda una ternurita, hasta derraman miel. - Al oirlas yo solo torcí los ojos, Allen rió y yo lo imite, el se acerco y beso mi frente sin soltar mi mano, solo la alejo de su mejilla.  Alondra y Cristina siempre llegaban en esta clase de momentos.
- Ja-ja, son muy graciosas chicas.
- Si, lo sabemos, ¿Que harás en las vacaciones amiga? -Me pregunto Alondra y Cristina respondió o mas bien afirmo antes que yo.
- Por que tenemos que vernos, ¡eh Zoé!
- Claro que nos veremos Cristy.
- ¡También tu, cuñado! -Alondra le decía así a Allen ya que éramos muy, muy cercanas, casi como hermanas.
El solo soltó una gran carcajada, asintió con la cabeza y se recargo en mi hombro, actuar así era tan natural para nosotros.
- Bueno, nos vamos despidiendo Zoé, cuidate mucho y nos veremos pronto, también va para ti cuñado. - Termino de decir Cristina con un guiño amistoso.
No alcance a decir nada, solo me despedí con la mano y les regrese el guiño.
Ya que se habían alejado Allen se enderezo y levanto los brazos en señal de victoria.
- ¡Genial!
- ¿Que celebras?
- Que voy siendo parte de la familia. - Dijo Allen con una deslumbrante sonrisa.
- Si, si, pero todavía falta conocer a alguien mas.
- Y será mañana.
- Creo que debo de decir: conocer oficialmente y en persona.
- Tienes razón.
- Estoy nerviosa.
- ¿Por... - Allen no pudo terminar de hablar pues sonó mi celular, era una llamada.
- Disculpa Allen... - Conteste la llamada - ¿Si?
- Hola Zoé. - No pude reconocer la voz.
- ¿Quien habla? 
- No puedo decirte.
- ¿Por que no?
- Porque es un secreto.
- ¿Que clase de broma es esta? - Empece a impacientarme.
 - Ninguna.
- ¿Que esta sucediendo?
- No es nada grave, solo es una advertencia.
- Mira, no tengo tiempo, ¿Podrías dejarte de rodeos?
- Esta bien, lo único que quería decirte es que tuvieras mucho cuidado, cosas peligrosas pasaran y en el único en el que puedes confiar es el que esta sosteniendo tu mano... - Se corto la llamada.
Justo en ese momento empece a sentir un dolor en mi muñeca izquierda, la alce para verla y los cuatro símbolos que tenia se estaban iluminando, el resplandor se volvía mas intenso y junto con el llego el dolor. Allen de inmediato se preocupo pues vio mi cara de dolor, me quito el celular y lo guardo muy rápidamente, empece a ver borroso y a sentirme mareada, el dolor incrementaba mas y mas, quise gritar pero Allen cubrió mi boca con su mano y me tomo en brazos justo cuando caí inconsciente.

Abrí los ojos a causa del dolor, ya no estábamos en la escuela, Allen me cargaba en sus brazos y me bajo lentamente para que me pudiera poner de pie. Con mi mano derecha cubrí mi muñeca para cesar un poco el dolor pero en lo único que cambio fue que era peor.
- Allen... - Pude murmurar antes de gritar audiblemente, el solo se me quedo viendo muy preocupado y desesperado pues no sabia que hacer.
- Espera un poco Zoé, ya viene la ayuda, tranquila.
No supe a que se refería pero le hice caso, a parte no quería preocuparlo mas así que me mordí la lengua para no gritar. Caí al suelo de rodillas y me quede ahí, Allen se inco a mi lado y paso su brazo por mi espalda mientras susurraba muy bajo y muchas veces "Rápido"
Cambio la expresión de su rostro cuando volteo a ver hacia el frente, yo también voltee y lo que vi fueron tres siluetas blancas que se iban acercando a nosotros.
Me distraje completamente al ver su gracia al caminar, parecía que bailaban, también mientras mas se acercaban pude ver que dos tenían el cabello corto y uno el cabello largo, era de un color negro muy llamativo que resaltaba de sus rostros casi pálidos.
Cuando las tres personas llegaron a donde estábamos nosotros Allen se puso de pie mientras me ayudaba a levantarme.
Cada uno tenia un collar muy grande y muy llamativo, el de la esquina izquierda tenia una luna, el de en medio que era mas bien una mujer tenia una estrella y el de la esquina derecha tenia un sol.
 - Allen, ¿Que ha pasado con tu protegida? - Dijo con una hermosa y exaltada voz la mujer que estaba en medio de ambos. Dio un paso hacia mi y me tomo de la muñeca izquierda, su toque alivio el dolor que tenia.
- Hace poco recibió una llamada y empezó a suceder esto, nunca lo había visto antes así que vine por ayuda, disculpen las molestias. - Dijo Allen sin soltarme, el tono de preocupación en su voz me alarmo, no me gusto como sonó.
- Allen, no es ninguna molestia, es nuestra labor así que deja de preocuparte que ella estará bien. -Ahora había hablado el hombre que tenia el collar de la luna.
- Que descorteses somos, no nos hemos presentado, disculpanos Zoé. - Dijo muy apenada la señorita.
- No... No pasa nada.
- Claro que si pasa, pero bueno dejame presentarnos, Mi nombre es Ruth de la estrella y ellos son mis hermanos Eder del sol y Ricardo de la luna. Nosotros somos los guardianes superiores, lo que significa que somos los encargados de asignar a cada Maho no hito un guardián. Pero en tu caso somos mas que eso, nosotros fuimos los encargados de meternos en tu mente y hacer que soñaras ciertas cosas para que te fueras dando cuenta que todo era real.
- También nos encargamos de materializar ese collar que tienes, en realidad esta formado por una parte de nuestros poderes. - Dijo, si no mal recuerdo, Eder del sol.
- Y que gracias a el y a Allen, poco a poco recuperaras la mayoría pero no todos tus poderes, pero todo esto ya te lo había explicado mediante la computadora ¿cierto? - Me dijo Ricardo de la luna.
Solamente asentí con la cabeza, Ruth no soltó mi muñeca y se lo agradecí pues me había dejado de doler.
- Lo que acaba de pasar es que, quien te llamo era un mago, el mismo que te había mandado un mensaje ayer - Abrí los ojos como platos después de que Ruth dijo eso, pues me sorprendió que ellos supieran del mensaje. - Tranquila Zoé, nosotros estamos enterados de todo lo que pasa a tu alrededor.
- Zoé... -
Esta vez me hablo Allen - Hay algo muy importante que debes de saber...
- ¿Que?
- Tu eres el único caso en el que los guardianes superiores te están cuidando y vigilando.
- ¿Por que?
- Si estas enterada que tu padre es uno de los magos mas famosos ¿Verdad? -
Dijo Ricardo.
- Algo así me dijo Allen.
- Pues era famoso porque el era el mago mas poderoso del mundo mágico y era integrante de una de las 5 familias principales de magos que eran protectores de este dichoso mundo-
Parecía que tenían orden para hablar pues siempre hablaba primero Ruth, después Ricardo y al final Eder.
- Y ¿Que paso con el?
- Fue asesinado hace poco.
- ¿Por quien?
- Probablemente por quien te quiere quitar tus poderes, pero aparentemente no solo te los quiere quitar, sino que quiere terminar con el legado de la familia mas poderosa ya que tu eres la ultima descendiente de ella.
- Entonces yo...
- Si, tu tienes ahora el potencial de ser la maho no hito mas poderosa.
- Pero si no puedo recuperar todos mis poderes, ¿Como podré serlo?
- Afortunadamente encontramos otro camino para que los recuperes todos a parte de vencer a ese dicho mago desconocido.
- ¿Cual es?
- Tu padre tenia un collar también solo que el de el era un sol con alas, ahí el guardo todos sus poderes.
- Y ¿Donde esta?
- Lo logramos recuperar antes de que su asesino lo destruyera.
- ¿Que tengo que hacer?
- Zoé, antes de hacer cualquier cosa o de que aceptes esto, tienes que darte cuenta de que es muy peligroso y estas arriesgando tu vida.
- Estoy consiente de eso, pero antes, ¿Saben que es lo que planea el asesino de mi padre?
- Tenemos suposiciones.
- ¿Cuales son?
- Antes de decirte tienes que enterarte de mas cosas.
- Como ya mencionamos antes, habían 5 familias principales entre los maho no hito, la tuya era la primera de todas, se podía decir que era la cabeza.
- Esas 5 familias nos mantenían escondidos del mundo de los humanos. -
Ya no esperaban a que yo respondiera, hablaban sucesivamente: primero Ruth, después Ricardo y después Eder.
- Pero todas han sido destruidas por completo.
- Lo que significa que tu eres la única sobreviviente.
- Ya que el mago que asesino a tu papa sello tus poderes.
- Y tu papa desapareció antes de que tu madre se enterara de algo.
- Y así mantenerte alejada de todos estos peligros.
- Pero ahora todo el mundo mágico depende de ti.
- Tu eres la única que puede vencerlo.
- Lo mas raro y peligroso de todo, es que nadie sabe quien es el asesino de las familias protectoras.
- Se mantiene escondido y después de tantos años no hemos podido descubrir quien es.
- Pero el si sabe quien eres y quienes son las personas que te rodean.
- También parece que ya no le importa involucrar a los humanos o no.
- Ya que se ha presetado de maneras muy obvias.
- Como el mensaje y la llamada. -
Concluí yo, estaba sumamente impresionada con todo lo que me habían dicho. Hace algunos meses me entere que soy un ser mágico y ahora me entero de que tengo el potencial de ser la mas poderosa de todos y que por eso todo un mundo paralelo de seres dependen de mi y también parece ser que mi familia y mis amigos humanos estaban en peligro.
Lo único que sabia eran tres cosas:
La primera era que debía tener mucho mas cuidado.
La segunda; me debía de volver mucho mas fuerte.
Y la tercera que debía proteger a los que mas quería, incluyendo a Allen.
Si su plan era matarme, el mío era encontrarlo y acabarlo antes de que el lo hiciera conmigo.

miércoles, 27 de julio de 2011

Capitulo 15: Provocaciones...

Me desperté un poco nerviosa por dos cosas, la primera era que le tenia que decir a Allen que mi mama lo quería conocer el día siguiente; la segunda era que un mago misterioso me había estado observando y que seguramente nos encontraríamos pronto. No sabia si asustarme por el mensaje ese así que lo mejor que podía hacer era preguntarle a Allen.
Después de despejar todo esto de mi mente me acorde que era viernes y aparte de que fuera fin de semana era el ultimo día de clases, ósea vacaciones. Yo realmente no odiaba la escuela pero si me estresaba bastante como para desear mis vacaciones lo mas pronto posible.
Me levante de la cama y me prepare para la escuela, desperté a mi mama para que me llevara a la prepa. El camino estuvo callada pero antes de bajarme de la camioneta me freno.
- Zoé, no se te valla olvidar invitar a tu novio a comer mañana en la casa ¿Vale?
- Si mama, pero dile Allen.
- ¿Que no es tu novio?
- Si, pero...
- ¿Pero?
- Novio es un poco embarazoso.
- Ja, esta bien, cuidate mucho, nos vemos en la tarde.
- Ah, mama ¿puedo salir hoy con Allen?
- Siempre lo haces sin mi permiso, ¿Por que ahora me lo pides?
- Hmm... Tal vez era porque antes era un secreto y ahora que lo sabes, creo que es mejor así, ¿No?
- Tienes razón, si puedes salir con el pero no llegues muy tarde, cuidate
- Tu tambien mama, te amo.
- Yo igual.

Era linda la relación entre mi mama y yo, antes me sentía mal por ocultarle lo mío con Allen, pero ahora que lo había adivinado me sentía mas aliviada.
Al entrar a la escuela lo primero que vi fue a Allen recargado en la pared de la entrada, eso era nuevo, tal vez me estaba esperando aunque no estaba segura de eso, probablemente estaba ahí por causalidad. Mientras me iba acercando se enderezo y me mostró una brillante sonrisa, ¿era yo o los ojos le brillaron de repente?
- Buenos días Zoé. - Me saludo dulcemente mientras me tomaba de la mano
- Hola Allen. - Le respondí mientras le besaba la mejilla, era difícil alcanzarlo ya que era mas alto que yo y me tenia que parar de puntillas.
- ¿Como estas?
- Bien, pero un poco preocupada.
- ¿A que se debe eso?
- Hmm... Primero lo primero.
- ¿Eh?
- Lo que pasa es que mi mama se entero de que tu y yo estamos saliendo.
- Oh, ¿Enserio?
- Si, y me pidió que te dijera que... -
No pude seguir hablando ya que sentí como si alguien pasara detrás de mi, voltee bruscamente hacia atrás y después a los lados pero no alcance a ver a nadie.
- ¿Que pasa Zoé?
- Ahh... Nada, creí sentir algo pero no era nada.
- Tu también lo notaste.
- ¿A que te refieres?
- A que sentías como si hubiera alguien detrás de ti, ¿Cierto?
- Si, ¿Como lo sabes?
- Pues porque también pude notarlo, parece que tu sensibilidad al detectar presencias se ha desarrollado casi por completo.
- ¿Sensibilidad al detectar presencias?
- Si, pero eso por ahora no es muy importante, sigueme contando que te dijo tu mama.
- Ahh, si, ¿En que me quede?
- En que ella quería que me dijeras algo.
- Ah ya, quería que te invitara a comer mañana a mi casa porque quiere conocerte, así que ¿Quieres ir mañana a mi casa?
- Me encantaría. -
Me dijo con una deslumbrante sonrisa. Ahora estaba mucho mas nerviosa, no por que el fuera a mi casa, sino, por como seria mi mama con el, no sabia como lo trataría y eso me ponía cada vez mas nerviosa.
- ¿Zoé?
Me dijo dulcemente interrumpiendo el hilo de mis pensamientos.
- ¿Si?
- ¿Ahora me dirás por qué estabas nerviosa hace un momento?
- Ah, si también, parece que hoy ando en las nubes, disculpa.
- Te ves linda cuando estas distraída.
- Ja, para ti siempre me veo linda.
- Es porque lo eres. -
El siempre era así conmigo, el sabia que yo no necesitaba alagos, mas bien no me gustaban, claro no es que me dijeran mucho, pero el los decía naturalmente, no los pensaba como todo mundo normalmente hace cuando quiere decir algo bonito para agradar a alguien mas, el lo hacia porque quería hacerlo y punto, el era así y esa es una de las muchas razones por las que el me gustaba.
- ¿Y bien? ¿Por que estabas nerviosa?
- Ah, es que ayer me llego un mensaje en la noche, decía que era de un mago, mira aquí lo traigo... -
Le mostré el mensaje de mi celular y lo leyó con mucha atención.
- Que raro, nunca había visto que esto pasara.
- ¿De verdad?
- Si, pero se puede solucionar mas tarde, ahora tenemos que ir al salón o no nos dejaran entrar.
- Oh cierto, ¿Que hora es?
- Faltan 3 minutos para que empiece la clase.
- ¡Rayos! -
Dije en tono de risa mientras lo tomaba de la mano e íbamos corriendo para no llegar tarde.
Llegamos antes que el profesor y nos fuimos a nuestros asientos.
El día estuvo muy calmado, en las primeras cuatro horas de clases no hicimos nada ya que, en pocas palabras, no había nada que hacer. Llego el receso y como siempre Allen y yo nos fuimos a nuestro salón de clases para la lección del día. El andaba muy distraído, supongo que era por lo de la sensibilidad a presencias y por lo del mensaje del mago. Lo bueno es que en este día no tenia que aprender nada nuevo, solo tenia que practicar pues ya sabia crear fuego, solo me faltaba perfeccionarlo.
Terminamos la lección o mas bien la practica y esperamos a que terminara el receso. Allen estaba en extremo serio y pensativo, no conversamos casi nada. Mis amigas incluso lo notaron y me preguntaron por el.
- Zoé, ¿Que le pasa a Allen? Anda muy extraño hoy. - Me susurro Alondra para que Allen no se diera cuenta.
- Solo anda pensando en algo.
- ¿Sabes en que?
- Solo tengo suposiciones así que no estoy segura.
- Hmm... Y ¿Cuales son tus suposiciones?
- Son secretas... -
Les dije con un pequeño guiño y una leve sonrisa, ellas lo malinterpretaron.
- Hay que pervertidos son ustedes. - Dijo Cristina fingiendo un tono de asco.
- Es un malentendido, no me quise referir a eso, así que las únicas pervertidas aquí son ustedes.
- En... Entonces ¿a que te referías?
- A que mañana le voy a presentar a mi mama y tal vez por eso esta así.
- Yo creía que ya se conocían, después de dos meses es raro ¿No?
- Si, lo se, pero tampoco es que nosotros seamos muy normales. -
Les dije con una risa la cual ellas también hicieron, pero era mas como un chiste personal ya que nosotros realmente no éramos normales.

Llego la hora de salida, todo mundo estaba despidiendose diciendo el típico "Te voy a extrañar". Allen y yo estábamos juntos y no nos despedíamos de nadie pues estábamos muy entretenidos en nuestra propia platica hasta que alguien se acerco a nosotros, me percate de que era Daniela.
- Ay Allen, te voy a extrañar tanto... - Solo estaba hablando con el y cada vez se hacia mas corta la distancia entre ellos gracias a ella, le estaba coqueteando, que ingenua. seguían platicando, no era una verdadera conversación ya que ella hablaba mientras el solo escuchaba y asentía de vez en cuando. Yo estaba sentada al lado de el ignorando completamente lo que decía Daniela hasta que mis amigas se acercaron para despedirse de mi. Tuve que soltarme de la mano de Allen pues ellas me jalaron para decirme algo en secreto.
Me alejaron suficiente de el que no me di cuenta cuando Daniela le robo un beso a Allen hasta que mis amigas me dijeron que volteara.
El estaba quieto como una estatua y Ella lo tomaba del rostro con ambas manos, el solo me veía a mi.
Cuando ella lo dejo de babear todo mundo volteo a verme, lo único que hice fue reirme y todos se quedaron sorprendidos.
Allen se alejo de ella para acercarse a mi.
- Que ingenua. - Dije en un tono burlón tomando la mano de Allen.
- ¿Ingenua yo? Porqué no le preguntas si le gusto o no, quisiera ver que se negara - Dijo en tono defensivo mientras yo seguía riendo. Voltee a ver a Allen y le pregunte:
- ¿Te gusto?
- No. -
Respondió casi de inmediato y sin ninguna duda.
- E...Estas mintiendo, si no te hubiera gustado te hubieras quitado.
- Daniela, ¿Por que no te das cuenta del oso que estas haciendo?

Todos empezaron a susurrar cosas y algunos se rieron, ella salió furibunda del salón maldiciendo a todo mundo.
Pude escuchar una conversación entre una chava y un chavo que estaban susurrando.
- La reacción de Zoé me sorprendió, parecía muy segura.
- Es que confiaba en Allen, por eso no se enojo ni nada.
- Pero te imaginas si el le hubiera correspondido a Daniela, ella no hubiera actuado así.
- Dalo por seguro que no, pero no me imagino a Allen haciendo eso, desde la simple forma en que ellos se miran demuestran que están totalmente enamorados el uno del otro.
- Estoy de acuerdo contigo, aunque eso suena muy cursi.
- Quisiera encontrar a un chico que me mire como lo hace Allen con Zoé, ahh, seria tan hermoso.
- Pues aquí me tienes.
- Ja-ja que bromista.

Entonces la forma en que Allen me miraba no era de mi imaginación.
Me quede callada pensando en la conversación que recién  había escuchado hasta que Allen me llamo.
- Zoé, ¿Que pasa?
- Ahh, nada, me quede pensando.
- Hmm... ¿Nos vamos?
- Si, pero...
- Pero...¿Que?
- ¿Ya te despediste de todos? -
Le dije riendome mientras se acercaba mas a mi, tomo mis manos con las suyas de tal manera que el iba jugueteando con ellas mientras caminabamos para irnos.
- Que graciosa eres pequeña. - A veces me decía pequeña solo porque el era mas alto que yo.
- Es que de verdad, estuvo muy gracioso lo que paso grandote, aunque debo de admitir que me puse celosa.
- Tu sabes que yo... -
Lo interrumpí antes de que dijera lo yo ya sabia.
- Lo se, pero es inevitable. - Ya estábamos fuera del salón pero todo el mundo nos estaba viendo, lo bueno era que no podían oirnos.
Allen y yo seguíamos caminando hasta que ya no estábamos a la vista de nadie. En un momento nos topamos con una pared, no se como le hizo para que yo quedara de espaldas a ella y el enfrente de mi con un brazo recargado en la pared.
- Allen, ¿Que pasa? - Solo se me quedo viendo a los ojos y se fue acercando mas a mi. Pude ver sus intenciones.
- Allen, aquí no, podrían vernos... - Intente detenerlo poniendo mis manos en su pecho empujandolo pero el tomo una para jalarme y acercarme mas a el. Nunca lo había visto actuar así.
- No me importa que nos vean... - Dijo muy decidido y antes de que yo pudiera decir otra cosa, unos cálidos labios invadieron los míos, como claramente no podía hacer nada para detenerlo, me deje llevar por mis instintos...